Boda de arte en Salamanca
Como os conté el pasado martes, hasta hoy
no podía desvelar los detalles y sorpresas que acontecieron en el
enlace de Verónica Gutiérrez y Miguel Ángel Perera. Pero finalmente… ¡llegó el gran día! y aquí os presento un post cargado de muchos de los momentos que vivimos: desde los más románticos hasta los más divertidos. Así que ¡empezamos!
En un marco incomparable, la Catedral Vieja de Santa María, se dieron cita cientos de salmantinos que no quisieron perderse el tan esperado enlace. La llegada de invitados fue todo un desfile de familiares, amigos y caras conocidas del mundo del toro y la vida social española.
Lejos de todo ese revuelo y expectación, la novia se preparaba en la tranquilidad de su casa de Aldebarán (Salamanca) rodeada de los suyos.
Una vez todos sentados dentro del
templo, apareció la novia. Es difícil explicarlo con palabras. Verónica
no estaba guapa… estaba guapísima y radiante con el maravilloso vestido que lucía, obra de Vicky Martín Berrocal. Yo que conozco a Vero desde pequeñitas, creo que nunca la he visto tan feliz como en ese momento.
Delante de mí, estaba sentado el maestro Enrique Ponce que no dejó de coger la mano y hacer muestras de cariño a su mujer Paloma Cuevas.
Qué bonito es ver a una pareja que después de años de matrimonio,
siguen enamorados como el primer día. Y es que tengo que decir que
Paloma es una persona que se hace querer, porque si es guapa por fuera,
su belleza interior es aún mayor.
Después, durante el ofertorio, sonaba el Ave María de Schubert. Cómo me vería la gran amiga de mi madre, Paty Dominguín, que me ofreció el chal para secarme las lágrimas y su marido el maestro Curro Vázquez… su corbata. ¡Al final cambié el llanto por unas risas!
Cuando el novio de una forma espontánea
se acercó a Verónica para besarla, frenó en seco para preguntar antes
al padre Antolín: “¿Puedo…?”. “Si, claro…”- contestó el sacerdote. Sonaron las risas y un improvisado aplauso de los presentes, mientras el novio daba el beso tan deseado a la novia. Vamos, que los momentos románticos no sólo acontecen en las películas ¡También pasan en la vida real!
Tras la bendición final y ya convertidos en marido y mujer, Verónica
y Miguel salieron de la Catedral donde les esperaba una nube de
fotógrafos y curiosos que querían compartir ese momento mágico con ellos.
Tras la ceremonia, nos dirigimos todos hacia el Hotel Doña Brígida donde se celebró el banquete. Este era el principio de una gran noche…
Durante el cocktail se realizó la sesión de fotos en el set que la revista ¡Hola! preparó para hacer un bonito reportaje que los novios cedieron desinteresadamente. Pues allí me colé para hacer un making of mientras
la periodista Silvia Castillo, redactora jefe de la revista y el
fotógrafo Juan Espejo realizaban su trabajo. Parecía una misión
imposible retratar a todos los toreros presentes. El primer reto fue buscarlos entre los 600 invitados. Y una vez localizados, comenzó el siguiente objetivo: organizarlos para la foto. Silvia intentaba poner orden “los novios poneros aquí. Cepeda, el apoderado de Miguel a vuestra derecha, Verónica tu padre que se ponga a tu lado por favor…” De repente se escucha: “Falta el maestro Camino”.
Y otra vez todos se movieron de sus sitios… Y de nuevo: “No han avisado a Finito, ni a Lancho, ni a Francisco”. Silvia se echaba las manos a la cabeza. Cuando ya parecía que todo estaba listo, Paco Camino, El Viti y mi padre seguían con su conversación mientras hacían la foto (sin parar de hablar, quién pudiera haber escuchado lo que decían…). Morante por su parte fumándose un puro (siempre con arte). Juli y Talavante
poniendo unas sillas que, en realidad, quedaron hasta bien y salvaron
la foto porque no cabían todos de pie. Finalmente, Silvia consiguió
colocar a todos: “por favor quietos un instante”. Se quedaron en silencio durante…¿5 segundos? En fin, fueron suficientes para que saltara el flash e inmortalizar ese momento en una fotografía en la que no cabe más ARTE, VALOR, SACRIFICIO, HONRADEZ y ENTREGA. ¡Aquí la tenéis!
Os dejo también unas imágenes del making of. No son muy buenas y algunas están borrosas porque las hice con mi móvil, pero creo que valen la pena y quiero compartirlas con vosotros.
Me alegró ver a Francisco y Lourdes. Él es amigo de la familia desde siempre. Con Lourdes había coincidido anteriormente, pero en esta ocasión pudimos estar charlando durante un buen rato. Es una persona encantadora, cariñosa, preparada y muy simpática. Desde aquí quiero desearle toda la suerte en su nueva faceta como diseñadora.
Bueno ¿y que me decís de estas fotos?…
Una vez terminada la sesión de fotos, pasamos al salón que estaba precioso decorado.
Allí esperaba a los novios la sorpresa de la noche: Juan Peña les cantó la canción de “No me lo creo”. Y os voy a contar la historia. Cuando Miguel Ángel conoció a Vero, antes de ser novios, cada día antes de torear, justo antes de vestirse de luces, le mandaba esta canción por el móvil.
Os podéis imaginar lo que ella siente cuando la escucha. Unos años
después, aquí están los dos: felices, como marido y mujer, con Juan Peña cantándoles esa letra que dice algo así como “tú no te imaginas lo que estoy viviendo en estos momentos que estás a mi lado creo estar soñando…no me lo creo…”. Y es que nadie como Juan para poner sentimiento y arte a la hora de cantar. Ahora si podéis ver el video y entender la emoción de los novios.
Después de este momento, nos secamos las lágrimas y ¡a la mesa a cenar! Sabéis que lo de las mesas en las bodas va a suertes a ver quién te toca, ¡pues yo la tuve! Lo pasé fenomenal. Y cenamos de maravilla. A mitad de cena, en la mesa de al lado empezaban los compases de flamenquito… y escuchaba aquella canción que dice “y si no vienes da igual, porque sentirás que yo paso la nocheee… echándote de menos”. Canción que tanto le gusta a mi hermana Elena y que Vicky suele entonar cuando está entre amigos. Y es que era una mesa con mucho arte. La noche prometía…
Y después el baile…
Por último bajamos a la discoteca del hotel… No os podéis imaginar lo que fue aquello. Poco a poco se iban animando y subieron
a cantar al escenario Juan Peña, David Benegas (gran amigo de Miguel
Ángel) Talavante (que no lo hace nada mal), David Galán…
La fiesta terminó, para mí a las 6.30, para muchos invitados y para los novios… ¡¡¡a las 9 am!!!
En fin, sólo os puedo decir que fue un
día mágico por dos motivos. El primero porque se casaban dos grandes
amigos míos. Y segundo, porque a pesar de ser tantos invitados
se creó tan buen ambiente entre todos que resultó ser familiar,
estuvimos a gusto, nos emocionamos y disfrutamos al máximo. Así que como dijo alguien en la boda: “Vero y Miguel, que sigáis siendo tan felices”. Os quiero mucho a los dos.
Sólo una cosa más. Al día siguiente, de vuelta a Madrid, Vicky y su hermana Rocío Martín Berrocal se vinieron conmigo en el coche. Os cuento que el teléfono de Vicky no paró de sonar con llamadas de felicitación. Y es que no era para menos. El vestido de la novia causó sensación:
elegante, flamenco, sobrio por delante pero con una cola de volantes
maravillosa, un escote divino en la espalda y además que le sentaba como
un guante a la novia. Así que ha decidido cambiarle el nombre al modelo que desde ahora se llamará: Verónica.
Enhorabuena a todos los que hicisteis posible esa boda tan maravillosa: a
los padres de los novios, los hermanos de la novia, del novio, a los
organizadores Carlos Telmo y Chiqui Domínguez por su impecable labor,
a la diseñadora del vestido por su gran obra “de arte”, a las jefas de
prensa de Miguel Ángel (Eva Peña) y de El Juli (Ana Perals) que estuvieron sin parar todo el día pendientes de cada detalle, a Vicky Marcos (peluquería y maquillaje) que dejó espectacular a la novia… Y sobre todogracias a Luis F. Lorenzo y Carlos Lorenzo Rubio por las fotografías de calidad que me habéis cedido para mi blog ¡Un millón de gracias, son preciosas!
A vosotr@s lectores, ya casi familia, ¡os veo la semana que viene con nuevos temas!
Disfrutad el fin de semana. Espero que os haya gustado el post de hoy.
Lo he hecho con todo mi cariño hacia los novios y para vosotros.
¡Millones de besos!
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