sábado, 9 de noviembre de 2013

Escribano ya tiene quien le escriba


Zabala de la Serna

Manuel Escribano ha vuelto a la cara del toro dos meses exactos después de caer literalmente reventado por dentro con la vena iliaca partida como una cañería en el abdomen. Escribano había sido, hasta ese nefasto 8 de septiembre de 2013 en Sotillo de la Adrada -manda bemoles-, una de las sorpresas de la temporada. Por pura carambola, porque la suerte es tan fundamental en el toreo como que el día que llama a tu puerta estés en casa y preparado para recibirla, y el matador sevillano lo estaba para sustituir a El Juli con la corrida de Miura en la Maestranza en la última tarde de abril y hacerse con la gloria.

 Aquello no fue casualidad y, allá donde le llamaron, Manuel Escribano demostró una resolución increíble para un torero desaparecido hace ocho años en la nada. Y frescura, soltura, capacidad, temple y acero con las ganaderías más duras, pues tal es la "especialidad" de Escribano: deletrear faenas sin que le tiemble el pulso sobre todo tipo de superficies, principalrmente rocosas. Su nombre se suma al de Del Álamo en el capítulo de revelaciones, no siempre suficientemente conocido por el gran público y reconocido por las grandes empresas, de la savia nueva imprescindible para renovar un escalafón que se ha hecho viejo incluso en las corridas toristas. 
Ahora que vuelve a caminar, Manuel Escribano ya tiene quien le escriba.

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