sábado, 11 de enero de 2014

Festival de alborotos en Manizales

Nueve orejas y Naranjo indulta un toro de Ernesto Guitiérrez



MARÍA HERRERA, Manizales (Colombia)
Desde que sale la virgen de la Macarena a hacer el paseíllo en la Monumental de Manizales es un mar de emociones. Es difícil describir las sensaciones, cuando a hombros, a la Señora la pasean por el ruedo. Preciosa y guapa Macarena, la escoltan los toreros. Desde el primer momento, se respira arte y solera en este festival cuyos beneficios van al Hospital Infantil Universitario Rafael Henao Toro de la Cruz Roja.

Rompió el paseíllo con Pablo Hermoso de Mendoza, Pepe Manrique, Morante de la Puebla, El Juli, Castella, Manzanares y Santiago Naranjo. Y al finalizar el paseíllo, el público en pie y emocionado en palmas ovacionó a los actuantes.

Exitoso festival en la Feria de Manizales
efe
El Juli intenta zafarse del novillo tras ser volteado
Precioso el saludo con el capote de Pepe Manrique, aprovechando las condiciones del toro que era bravo y fijo. El colombiano reposado, templado y acompañando cada lance a la verónica, alternadas con chicuelinas y rematadas con una sentida media. No perdonó el quite Manrique y llevándole por delantales, remató con revolera. El brindis fue para la estrella del rock argentino, Andrés Calamaro, que lleva unos días gozándose la Feria de Manizales. Manrique inició la faena esperando al novillo de nombre Trillador en el centro del ruedo. Y en todos los medios le propinó una tanda larga que hizo vibrar a los asistentes, le pegó dos tandas más con la derecha y quiso cambiar para torear por naturales, pero no logró acomodarse por ese pitón. Volvió a la derecha y cuando más a gusto estaba, el toro le propinó una voltereta que dejó dolido al torero. Volvió a la cara Manrique y enrabietado remató la faena recordando el toreo antiguo. Mató de estocada entera y cortó una oreja.
Morante pechó con un novillo sin transmisión y a pesar de torear con solera por delantales no logró conectar. El ejemplar fue fuertemente castigado en el caballo y esto mermó aún más su condición. Pero ahí estaba Morante, que en todo el centro del ruedo sólo le dejaba ver muleta y logró muletazos de gran trazo. Morante quería y Laurcalco a veces, muy pocas, también quiso. Terminó la faena pegado a tablas. Se le iba complicando para entrar a matar. Pero cuando encontró el sitio, dejó un estoconazo en todo lo alto. El de Gutiérrez se tragó el espadazo y el de la Puebla tuvo que recurrir al descabello. Morante fue obligado a saludar.

El segundo de la noche fue cambiado porque de salida se estrelló en un burladero y se partió el pitón desde la cepa. En su lugar salió un negro zaino, precioso de hechuras con el que El Juli se gustó toreando a la verónica. Tras el puyazo, quitó por chicuelinas rematadas con una media bajándole las manos. Brindó el madrileño al respetable que llenaba los tendidos de la Monumental de Manizales y comenzó su faena flexionado las rodillas, llevándolo a los medios. Pegó una tanda por la derecha y una por la izquierda que ya daba indicios de que sería faena importante. El Juli regresó a torear con la derecha y el toro le pegó una fuerte voltereta que enrabietó al madrileño, y que cual novillero hambriento, volvió a la cara del toro y entonces empezó el primer alboroto del festejo. Una tanda despacio en todo el centro del ruedo, estalló el júbilo en los tendidos y al ritmo de torero, torero, sonó el pasodoble Feria de Manizales. Enloqueció a los tendidos que tras cada tanda se ponía en pie para rendirse ante la casta de El Juli. Pinchó y luego dejó un estocadón. Cortó una oreja a pesar de la fuerte petición de la segunda.

Con suaves verónicas recibió Castella su toro. Tras el tercio de varas recordó a Chicuelo en todo el centro del ruedo. Brindó a los asistentes y en todos los medios citó al de Ernesto Gutiérrez para cambiarlo por la espalda. Emocionante inicio de faena que hizo sonar la banda. El francés dejó muletazos templados y lentos por ambos pitones. Estocada entera. Cortó dos orejas, aunque prefirió abandonar la plaza por su propio pie. El toro se fue aplaudido en el arrastre.

El sello y empaque de Manzanares son únicos y así lo mostró desde el primer lance, llevando de manera preciosa el animal a los medios. Ahí con reposo y variado, alternó verónicas, delantales, chicuelinas y gaoneras. Nada fácil fue el ejemplar de nombre Duque en la muleta. En las primeras tandas algo permitió a Manzanares gustarse, pero pronto se empezó a quedar corto el novillo que además le gustaron tanto los preciosos botos negros y entallados que vestía el de Alicante, que los buscaba con genio. Espectacular fue la suerte suprema recibiendo, marca de la casa. Una oreja.

Bonito lanceó Santiago Naranjo a la verónica, dejando ver las enormes cualidades del toro, que fue bravo, embistió con calidad, fijeza, y tuvo recorrido. Se arrancaba de largo y humillando. Luego el torero local dejó un lucido quite por chicuelinas y gaoneras, rematando con una media, enroscándose el toro hasta la cadera y una revolera. De largo se arrancaba el de Gutiérrez y de largo citaba Naranjo. Dándole la distancia precisa y la lidia correcta formó otro auténtico alboroto, el segundo de la noche. Casi se cae la plaza de Manizales con su torero, que entregado se emborrachó de toreo, haciendo el tándem perfecto con ese toro que nunca se cansó de embestir. Fue premiado con el indulto y Santiago Naranjo con las dos orejas.

Lo de Pablo Hermoso de Mendoza y sus caballos, auténticos toreros, sobre pasa todos los límites del rejoneo. Fue el tercer alboroto del festival que vivimos desde que el navarro salió a parar al de Ernesto Gutiérrez montado en Churumay. Dejó un solo rejón de castigo. El éxtasis vino a lomos de Chenel, de manera espectacular caballo y jinete hicieron de todo en la cara del toro llevándolo cocido y templado a escasos centímetros de distancia. Toreando a dos pistas, cambiándole las trayectorias a las embestidas, que por momentos recortaba. Luego salió Disparate y mostrándole los pechos al toro lo llevó templadísimo, enloqueciendo al público. Ya con Pirata, y las dos orejas, prácticamente cortadas, Pablo remató su faena. Un rejón de muerte muy bien colocado, hizo que el toro cayera rápidamente. El caballero se fue a hombros y el toro aplaudido mientras le daban la vuelta al ruedo.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Manizales. Festival nocturno a beneficio del Hospital Infantil Universitario Rafael Henaoo Toro, de la Cruz Roja. Con lleno en los tendidos, se lidiaron 7 novillos toros de Ernesto Gutiérrez. El sexto fue indultado y el séptimo, de rejones, fue premiado con la vuelta al ruedo.

Pepe Manrique, una oreja
Morante de la Puebla, ovación con saludos
El Juli, una oreja
Sebastián Castella, dos orejas
Manzanares, una oreja
Santiago Naranjo, dos orejas
Pablo Hermoso, dos orejas

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