domingo, 11 de mayo de 2014

CRÓNICA DE SEVILLA

El sueño de una faena

Ferrera y "Disparate" cautivan los corazones maestrantes en el fin de Feria

 
E. NARANJO, Sevilla
Fue en el cuarto se disparató La Maestranza en fecundo y disparatado plan para un disparatador llamado Ferrera. Le hizo todo bien. Y, además, templado. También él, "Disparate", lo hizo todo como su embestida: franco. La heroica fusión entre ambos deja, al menos en la rúbrica, un fin de Feria impoluto. El de Victorino mereció todos los honores, pero desgraciadamente no gozó de un completo tercio de varas, lo que le imposibilitó la vuelta al ruedo en el arrastre. Le cortó una oreja Antonio Ferrera por la entrega de ambos y fue, almenos, un broche digno a la Feria de Abril, pues le formó un auténtico lío gordo al entregarse al natural a La Maestranza. El Cid sacó partido al quinto al natural y Fandiño se vió sin opciones con el peor lote.

"Disparate" fue protestado por el público en los primeros tercios, sin embargo en banderillas comenzó a observarse su templada embestida y el galope franco que atesoraba y que no había exteriorizado hasta el momento: cuando metía la cara en banderillas quedaba reunido y esa virtud supo verla a tiempo Ferrera. Le plantó cara. Se lo sacó hacia el centro del anillo con torería y garbo, y una vez que el toro estaba metió en la canasta y la faena va a más por el lado derecho, Ferrera coge el izquierdo y el toro ha sido un toro agarrado al suelo pero con una embestida templada y muy profunda. Evidenetemente con mucha exquisitez por parte de Ferrera, que nunca le dio un tirón ni un mal cite. Volvió a la diestra completamente entregado, regalando naturales eternos y concluyó en el centro del albero, donde Ferrera le propinó un derechazo ligado, pasándose la muleta por la espalda y ligando con el izquierdo. Locura maestrante. Locura extremeña. Oreja por el fallo a espadas.

Antes, recibió Ferrera con lances a la verónica al serio primero, lidiándolo después con mimo y quitando por chicuelinas. En el tercio de banderillas el extremeño se tomó su tiempo, con pausa. Tras brindar al respetable, comienza la faena de muleta ante un animal que quiso tablas, midió al torero y ofrece una embestida informal y reponedora. Ferrera lo sacó pasado el tercio, pero no encontró opciones en su oponente a pesar de su empeño y fue silenciado.

El primer toro que le tocó en suerte a El Cid fue peligroso, acordándose lo que dejaba detrás y que hacía pasar un mal trago en cada embestida, pues venía dormido y a regañadientes. El embroque era una total incertidumbre porque no sabía qué viaje iba a tomar: hacia el torero o hacia la muleta, por lo que El Cid se tapó. Manuel se mostró paciente con un toro que llegó a la pañosa con la cara alta y reponiendo, elaborando tandas relevantes en las que el torero está muy por encima del complicado animal y sus posibilidades. Sin embargo después con el quinto, un toro con condiciones potables, su toreo dejó ver demasiadas deficiencias. Sevilla vio que el valor, tarde o temprano, se desgasta, y más si un toro le embiste al de Saltera s por el pitón izquierdo y éste, por muchas vueltas, no logra encontrarla virtud que toda la plaza ve. Quizá también le faltó el puntito de chispa al toro, pero finalmente el público tomó su partido por éste.

El tercero se desentendió del capote de Iván Fandiño en su fría salida. Comenzó el de Orduña su labor probando a su oponente con la diestra, luego comprueba la sucia embestida al natural. El toro se movía sin celo ni recorrido. Fandiño se entregó para ir moldeándolo y metiéndolo en faena, pero sin éxito por las escasas cualidades del animal. Consiguió el diestro arrancarle algunos muletazos reseñables y el toro terminó por rajarse. Recibió al cierraplaza, que mostró celo y repetición en el capote. El diestro se fue para los medios para comenzar la faena, pero encontró problemas por la sucia embestida, los derrotes y la informalidad del animal. Se plantó firme y serio pero su oponente no le ofreció ninguna posibilidad y terminó por rajarse.
 
FICHA DEL FESTEJO
Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Última de feria. Alrededor de dos tercios. Toros de Victorino Martín, destacando el cuarto y el quinto.
Antonio Ferrera: silencio y oreja.
El Cid: silencio y división de opiniones.
Iván Fandiño: silencio y silencio.

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