domingo, 18 de mayo de 2014

'Desesperarse'


MUNDOTORO

Madrid (España). Meter el toreo en el abismo es meter al torero en la desesperación. El arrimón sincero, valiente, corajudo de Ritter en el sexto toro es desesperación en estado puro. Por definición, ésta llega cuando nada se puede esperar o cuando la espera ha sido cruel. Meter al toreo en ese abismo de entre los pitones astifinos jugándose los muslos sin que exista entre el público el conocimiento suficiente para que llegue el reconocimiento, es meter al toreo en la desesperación. 


Entre los dos puñales, cuerpo por delante, muleta para intentar hacer pasar a un inmóvil, sin que haya reconocimiento, es cruel. Un acto de crueldad que suele llegar cuando los públicos se apañan con los tópicos y reaccionan según ese que dice que a ese tipo de toros hay que pasarlos ya mismo por la espada. Y ¿dónde queda la espera larga y tensa e ilusionante de un torero que ha sido anunciado en San Isidro? ¿Que otra solución le damos si no es el arrimón desesperado? Y ¿para que?

Si un arrimón de ese calibre, si una actitud como la de Morenito o la de quien sea, sólo tiene la recompensa de 'quizá otra con la misma o parecida ganadería', estamos haciendo una fábrica de toreo desesperado. Nos preguntamos donde está el sentido a todo esto. Que alguien lo explique.

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