Con semejante encierro ya fue un triunfo salir de la plaza por su propio pié
Sebastián Ritter a merced del marrajo
Javier Adrados
El encierro titular, el portugués de Coito de Fornilhos, fue
remendado con dos de Gerardo Ortega corridos en primero y sexto lugar. Tanto
aquellos cómo éstos impresentables para Madrid y menos en San Isidro, una
moruchada de escándalo; feas hechuras, mansos, descastados, ásperos,
complicados, sin ninguna clase y desarrollando sentido. Más bueyes que toros,
la ganadería portuguesa y la española, perdidas estaban y perdidas se quedarán.
No son ganaderías para la feria más importante del orbe taurino.-
Sebastián Ritter, regresaba a Madrid después de su
alternativa y confirmación el pasado 4 de octubre, en la feria de otoño.
Haciendo honor a su valentía constatada se fue a los medios dispuesto a torear
y aguantar, no contaba con que el marrajo de turno no estaba por la labor y a
la primera de cambio lo empaló propinándole
una voltereta terrible, lo pisó y lo buscó con saña, le puso los
astifinos pitones en el cuello; librándose de verdadero milagro, instantes de
angustia se vivieron. Qué valor el de éste joven de Medellín, plantado en la
arena, quieto como una vela, aguantó estoico que los pitones le llegarán a la
taleguilla como si nada. Cruzándose y citando con la panza de la muleta se muestra
impertérrito. Muy buenas sensaciones deja en Madrid. No se puede estar mejor
con tan poco.-
Morenito de Aranda, que cuenta con un concepto del toreo
hondo, solo pudo dibujar un par de verónicas; con voluntad y entrega insistió,
sus oponentes no le dieron ninguna opción.-
Paulita se encontró con lo mismo, dos infumables, que no le
permitieron nada más que buena voluntad. Estará pensando en el hotel que venir
a San Isidro para esto es mejor no venir; de pronto hasta ayuda más.-
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