El capítulo de mayor argumento se vio en el toro
inicial, el mejor de la corrida de Bohórquez. Las riendas del
conocimiento aparecieron desde primera hora con Andy Cartagena, que lo
enceló bien con la banderola a lomos de «Iluso». Con «Cuco» toreó a dos
pistas y pespunteó trincheras meritísimas. Llegaron los quiebros sobre
«Río Grande» y los adornos acariciando la testuz entre el entusiasmo de
sus paisanos. El fino «Juncal» rotó como un compás para plasmar tres violinazos.
Pero el de Benidorm quería más y colocó un par a dos manos entre
ciertas extravagancias. Amarró la puerta grande tras aguardar la muerte
con su caballo rodilla en tierra y aplaudiendo al excelente ejemplar.
Tras la merendola a lo Sancho Panza, la espectacularidad se agigantaba. Lo cierto es que Cartagena formó un auténtico alboroto,
aunque abusó de los giros, mareantes como aspas de viento. Sacó luego a
la joya de su corona, «Pericalvo», que lo mismo se marca un tango que
una bachata, con una conexión brutal con los tendidos. El chic
populachero se acrecentó con «Mediterráneo» y «Cubano», tumbado en la
arena como el que toma el sol. Gritos a coro de «¡tú sí que vales!»
entre el delirio absoluto. Si no llega a pinchar, le piden hasta las
patas.
Diego Ventura se quedó sin premio gordo por su
desacierto con el rejón final. Exhibió momentos de maestría con el
mansote segundo, con el que había que ponerse gafas de aumento para ver los pitones.
Una cosa es arreglarlos, pero ese desmoche... Anduvo muy por encima del
deslucido oponente, con escenas solo al alcance de los grandes, como el
toreo a dos pistas y un quiebro inmenso sobre «Chalana». A por todas en
el quinto -brindado a José María Manzanares-, pisó el mismísimo umbral
de chiqueros para saludarlo, con muchos alardes. El acabóse llegó con
los bocaditos de «Morante». ¿Quieren más? Pues allá que ofreció dos
rosas y el adorno con el sombrero, la conferencia y los cabezazos.
¡Menudo frenesí! Pese al fallo con el acero, paseó un trofeo
Manuel Manzanares perdió la salida a hombros por
fallar en la suerte suprema en el sexto. Puntuó con un trofeo en su
tierra con el tercer toro. Todo entrega el joven desde que salió con «Jumillano».
Serpenteó y enloqueció con los circulares invertidos, pero la verdadera
algarabía brotó con las piruetas sobre «Mazantini» y las cortas sobre
«Secreto», con mucho guiño a la galería. Algunos murubes pidieron eso;
otros no tanto. Pero ayer los caballeros y el público, que se divirtió
de lo lindo, las preferían espectaculares. Y así fueron las faenas.
Pasadas las diez de la noche y mientras a Cartagena lo aupaban a hombros, la fiesta continuó en el ruedo con Manzanares (José María) haciéndose fotos y aclamado por decenas de jóvenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario