sábado, 12 de julio de 2014

LA CRÓNICA DE PAMPLONA

Padilla el triunfo y Moral el toreo

Fortes valeroso con un lote de escasa emoción para conectar con el tendido


MARCO A. HIERRO, Pamplona
Abarrotados los tendidos en el sábado de San Fermín esperando la segunda comparecencia del Pirata Padilla, con la corrida de Fuente Ymbro, que recogía esta mañana el prmio Carriquiri, y con Jiménez Fortes y Pepe Moral como sustituto del convaleciente David Mora.

Muy rápido tiró de entrega y de chispa Padilla, que le pegó cuatro largas en el tercio al amplio primero y lo remató con revolera en los medios tras otros cuatro lances. Por chicuelinas galleó el Ciclón para colocar al animal al caballo y por navarras quitó para no quebrantar demasiado a un animal de buena condición y justa fuerza. De rodillas comenzó también la labor de muleta, inicio largo que terminó con el toro demasiado parado para el remate. Tardeó luego el animal, que la tomó humillado cuando fue, pero le costó un mundo repetir en la tela. Le encontró, sin embargo, Padilla la tecla para ligar a zurdas para concectar con un tendido que siempre tuvo muy a favor. Basó en el ataque el final de faena, a su lío, con molinetes de rodillas y desplantes que hicieron que se entregase la plaza a su torero consentido. En el centro del ruedo se tiró el Ciclón, pero cayó bajo el acero imposibilitando el premio.

Brillante estuvo Padilla en el saludo de verónicas al cuarto, más por delante que por detrás el toro, humillador y con ritmo en el percal del jerezano pero tan justo en todo que fue devuelto. Solvente y entregado recibió al sobrero, al que saludó con una larga en el tercio, lanceó con pulcritud y remató con media de rodillas. Lo picó poco para conservarle el empuje y quitó por chicuelinas muy del sur antes de banderillear con su habitual facilidad. Y tuvo el animal un extraordinario pitón izquierdo para embestirle con boyantía y calidad a Padilla, templado en ocasiones, más aperreado por el derecho, de peor condición. A su aire fue el final de faena, más para la grada, con sus molinetes y sus desplantes. Pero pinchó el Ciclón en el primer encuentro y una oreja bastaba para abrir la puerta grande.

Sin gran clase pero constante a la hora de acudir pasó el segundo por delante de Pepe Moral, que intentó encajarse en las verónicas del saludo con revolera de remate. Lo cuidó en el caballo con el castigo medido el sevillano y por ceñidísimas chicuelinas quitó Fortes. Apretó hacia los adentros el animal en banderillas, tirando arreones y augurando pocas cosas buenas. El propio matador se hizo cargo de la lidia al verle la condición. Rajado comenzó el animal un trasteo al que le puso desde el principio Moral con el cambiado en los medios, pero cantó la gallina rápido y lo demás fue vana porfía con el manso de Fuente Ymbro. Firmeza e inteligencia del sevillano que no tuvo enemigo.

Con mucho gusto lanceó Pepe Moral al segundo de su lote, un castaño amplio y noblón en las primeras acometidas al que cuidó mucho en su encuentro con el penco. Por chicuelinas y tafalleras quitó Fortes en su turno. No perdió el tiempo con la muleta el sevillano; le dio distancia, lo esperó con valor y le trazó despacio con la mano derecha, sintiendo el toreo con el toro humillado que adolecía de fuerza para redondear la obra. Tuvo encaje y tuvo gusto el riñonudo toreo al natural que dejó Moral en Pamplona, con temple para imponer y con valor para hacerse con el terreno en el final de faena. Dijo el misterio Moral y confirmó que en el toro no suele haber casualidades. Y menos en Sevilla y en Pamplona. Remató, además, con una fenomenal estocada y llevó una oreja a su esportón.

Templado, seguro y decidido saludó Fortes al tercero, de generosísima cuna y capa castaña, que tuvo mejor humillación que ritmo a la hora de embestir en el percal. Le pegó poco el malagueño en el caballo, pero se rompió mucho el toro en el peto. A torear desde el principio se fue Saúl a los medios intuyendo el poco fondo que tenía el animal. Una tanda de embestidas buenas, por abajo y hasta rebozabas, auguraban cante grande, pero se le acabó el fuelle al castaño antes de la cuenta. Tremendo el valor de Fortes para soportar navajazos impávido en los gestos y para echarle el trapo con más pureza de la que merecía. Ajustadísimas las manoletinas del final, que despertaron al tendido, pero el mal uso de los aceros dejó todo en silencio.
Le faltó al jabonero sexto un poco más de empuje y otro poco de ritmo para dejar a Fortes interpretar el toreo a la verónica. Muy efectivo fue Ángel Rivas con la puya y cerquísima se lo pasó Saúl en el quite posterior con el capote a la espalda, quieto como un poste sobre la arena pamplonesa. Y se enterró luego para deslizar al jabonero todo lo despacio que fue capaz, metido, entregado y expuesto. Nunca se terminó de entregar el animal y tuvo que buscar Saúl los muletazos de uno en uno para que se los tragase sin raza ni gracia. Pero no se aburrió el malagueño en la cara y porfió con fe y con confianza en su tauromaquia y en su valor. Pero falló con la espada y se marchó en silencio.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Octava de la Feria del Toro. Lleno en tarde agradable. Toros de Fuente Ymbro, de buena presencia y juego desigual. Humillado y con calidad al límite el castaño primero; manso y rajado el negro segundo; desrazado y de poco fondo el castaño tercero; devuelto el cuarto por flojo; de gran pitón izquierdo el boyante sobrero cuarto bis; con calidad y humillación el quinto; de noble pasar y escasas raza y emoción el jabonero sexto.


Juan José Padilla (sangre de toro y oro): oreja y oreja.
Pepe Moral (palo de rosa y oro): silencio y oreja.
Jiménez Fortes (verde manzana y oro): silencio tras aviso y silencio.

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