El robo se perpetró, en concreto, en la oficinas anexas a la plaza de
toros de Valladolid, que, al parecer, no contaba con medidas de
seguridad. Solo una de las puertas había sido «ligeramente forzada» en
estas instalaciones, sin alarma ni personal de vigilancia. No fue así en lo que respecta a la caja fuerte, que «no presentaba daños». Y es que, según ha trascendido, «había una llave de la misma en la propia plaza», explican fuentes policiales.
Plan en marcha
Se cree que el o los asaltantes podrían
encontrarse ya dentro cuando se cerró el coso, e, incluso, haber
aprovechado el jaleo en torno a la salida a hombros de Morante y
Manzanares para poner en marcha su plan y,
una vez a solas, de madrugada, perpetrar el delito rompiendo la entrada
de las oficinas. No obstante, no se descarta ninguna hipótesis y se
estudia también que pudieran haber saltado uno de los muros que es de menor altura o que una puerta estuviera mal cerrada.
La investigación para
esclarecer lo ocurrido continúa sin descartar a nadie. Los primeros en
ser entrevistados tras los gestores de la plaza serán el resto del
personal, ya que la limpieza del robo abre
una hipótesis que señala a que quien estuvo detrás podría ser pleno
conocedor del entorno, haber sabido perfectamente dónde encontrar el dinero,
que en la caja fuerte habría una suma muy importante y que en el propio
coso tendría la llave para acceder a ella sin dejar rastro.
Desde la plaza de toros, que ayer cerró la última jornada de la Feria de Valladolid
con motivo de las fiestas de la Virgen de San Lorenzo, no han
cuantificado exactamente la cantidad sustraída, si bien han calculado
que sería de entre 400.000 y 500.000 euros —recaudados
no solo en la tarde anterior al robo— los que habían desaparecido de la
caja fuerte cuando el sábado por la mañana acudieron al lugar. Poco
después llegarían allí, aún sin haber saltado la alarma, y como cada
día, varios agentes de la Policía Nacional que asistían al sorteo de toros.
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