Sensación de toreo bueno, acoplado artísticamente a la bravura del toro. Es Siruela, plaza donde Javier Silva forjo su toreo de clase. |
Jesús Ramírez “El Tato”
Pueblos pobres que viven para el día de fiesta anual
con el espectáculo taurino. Construcciones abandonadas, paredes desconchadas
por el tiempo, pero que en días levantan un remedo de plaza de toros,
incrustada en las casas, sin orden pero con afición y empeño.
Allí se realiza el festival taurino algunas veces con
toreros jóvenes revelaciones o también la figura, pisa el improvisado albero,
generalmente para un festejo benéfico para el socorro de desprotegidos, que los
hay por montones.
Y no solo el festival de Chinchón es famoso en
España, lo son en otros lugares
distantes o cercanos de la capital. Y
precisamente en Siruela, por predios de Badajoz, un torero venezolano, lleno de
méritos y condiciones, se ha vestido de torero para lanzar su proclama de valor
y arte. Su pregón de injusticia ante las
cicateras empresas que disponen todo para las figuras que luego no llenan las
plazas.
Y precisamente en Siruela, Javier Silva con
alternativa en Maracay y aclimatado en España, con dos actuaciones el pasado
año en plazas de su país, ha dejado sentir una vez mas su calidad torera y esa
luz invisible con fuerza tremenda que posee para visitar otras plazas de mayor
envergadura.
En esa plaza de Siruela con aficionados inmóviles,
sale el toro con trapío y está presente el aficionado exigente. Ese día de septiembre,
la plaza fue un templo para el toreo a cargo de un venezolano. Sus naturales de fino trazo confundieron el paisaje verde y gris de las
estribaciones de la sierra morena. Allí creció como un monumento Javier Silva,
porque se pudo respirar el silencio de su fino toreo y el secreto de las
ganaderías antiguas que forman sus sueños en estas plazas.
Siruela fue una ofrenda a la bravura del toro y una
tapia de lajas para preservar el buen toreo de Javier Silva. Ojalá y la
historia de Badajoz se cierre en otra plaza el próximo año, que el moreno
diestro venezolano no descansará hasta que ocurra. La grafica es elocuente.
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