El mexicano ha hecho un alto en el camino de la temporada mexicana para regresar a España a entrenar, y de eso habló con Cultoro
Cuando todos los toreros españoles están poniendo sus ojos en el continente americano, Arturo Saldívar vuelve a la tierra que lo vio crecer como torero. Vuelve a España. Le gusta llevar la contraria. En la vida y en el toreo. Así lo demuestra. "Ahora mismo la ganadería en México está un poco complicada en cuanto a raza y a volumen se refiere, y me gusta venir a España porque, además de que tengo muchísimo apoyo de ganaderos españoles como Pablo Mayoral o Juan Pedro Domecq, se me facilita mucho matar toros a puerta cerrada que tienen mayor volumen y valen muchísimo más para prepararse", afirma el hidrocálido.
Y valen para su toreo. Es Saldívar, quizá, el menos mexicano de todos los toreros mexicanos porque su preparación en España ha ido en esa línea. y para templar los toros hay que tener valor, y para tener valor hay que verle el volumen... "Me identifico muchísimo con el ganado español. De hecho, las pocas ganaderías mexicanas de encaste Paraladé me las pido, y lo veo más claro con el toro de Domecq que muchas veces con el mexicano. También el mexicano me gusta mucho torearlo porque es un toro que te hace pulsear mucho, te busca el temple, la cadencia, el ritmo...", señala sobre sus gustos Arturo.
Habla de ganaderías mexicanas de procedencia Domecq. Entre éstas, Begoña, La Joya Santa María de Xalpa y, parcialmente, Barralva. "Y esas son las que me pido", afirma entre risas el torero azteca. Y con razón, pues ha tenido resultados importantes con esos hierros en su tierra natal. "Yo me acoplo a todos los toros. Por ejemplo en Ecuador también se mata mucho el encaste Contreras, que tiene mucho que ver con Baltasar Ibán. Puedo con las dos cosas, pero si me dan a escoger prefiero el Domecq".
La historia de Arturo Saldívar no comenzó en México: fue la más importante de ésta en España, gracias al proyecto "Tauromaquia Mexicana", en el que El Payo, Mario Aguilar, Brandon Campos y Sergio Flores estaban embarcados con él. Ahora ya todos son toreros. "Y se seguirá echando una mano a los novilleros", prosigue Saldívar. "Ya no es la escuela como lo fue en su momento con Juan Cubero, Juan Carlos Moreno...entonces era más una escuela que una casa de apoderados. Por eso Tauromaquia Mexicana ha intentado ayudar más que apoderar: ayudar a México a que tenga más toreros y los tenga mejor preparados, viniendo a España y toreando aquí".
Además, la México acogerá próximamente un cartel al completo compuesto por miembros de este gran proyecto. En concreto, serán Mario Aguilar, Sergio Flores y el propio Arturo Saldívar los que trencen el paseíllo en Insurgentes ante un encierro de Xajay. "Hay mucho pique por saber quién es el mejor", declara Arturo.
Además, hace poco que se conocía que Arturo Saldívar refresca su apoderamiento con la familia Ruiz Palomares, siempre a su lado. "Necesitaba cambiar un poco el modus operandi. Estábamos refrescados todos lo que veníamos trabajando y sumar un apoyo es algo positivo. No se está cambiando de apoderado, sino que se están sumando esfuerzos. Es una familia con un currículum impecable y por mi parte estoy muy contento y con la ilusión de que los triunfos suenen, tengan eco y las empresas los tengan en cuenta".
Hay un valor que muy pocas veces los aplican los toreros, que es el de la gratitud...pero Arturo no ha sido así, porque sabe que la familia de Antonio Pedrosa lo acogió muy bien, y lo que le une a ellos, más que un negocio, es un sentimiento especial. También junto a Juan Ruiz Palomares. "De hecho he tenido muchas ofertas a lo largo de mi vida y es de bien nacido ser agradecidos. Si voy a llegar lejos con la gente que me ha apoyado siempre bien, y si no me quedo con el cariño y la satisfacción de haber puesto todo de mi parte y haber tenido lealtad, que es lo que más satisfacción da a mi vida y a mi carrera. si algo es para sumar, mejor. Anteriormente he tenido propuestas de empresarios importantes, pero siempre he querido dejar a Tauromaquia Mexicana que hagan lo suyo, y no he querido dejarlos porque no es mi forma de ver las cosas".
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