miércoles, 31 de diciembre de 2014

Fin sin sal

El encierro de Juan Bernardo Caicedo no rompió a la ilusión de Padilla, Vargas y Ferrera


MATEO SAAVEDRA, Cali (Colombia)

La última de la Feria de Cali presentaba un cartel de banderilleros en el que un encierro de Juan Bernardo Caicedo estaba preparado para rematar el serial colombiano. En el cartel, el jerezano Juan José Padilla, el colombiano Sebastián Vargas y el extremeño Antonio Ferrera. De nuevo casi se llenaron al completo los tendidos del coso.

El abreplaza, un negro serio chorreado en verdugo listón, "Calentoso" de nombre, fue recibido por Juan José Padilla sutilmente a la verónica. Recibió una vara un punto trasera que se descolgó pronto, algo que acusó posteriormente. Ofreció los pares de banderillas a la terna. Sebastián Vargas colocó una primera dejándose ver por el derecho pero sin llegar a clavar; posteriormente Padilla lo hizo al violín de forma brillante para culminar con un par de Ferrera gustándose mucho en el embroque. Comenzó faena Padilla tocando sutilmente al de Caicedo, que mostraba ya de inicio una embestida bronca y complicada que intentó templar. No tenía prontitud, y cuando embestía lo hacía a regañadientes y echando la cara arriba, en definitiva, un tranco rebrincado y geniudo. Despachó pronto al desagradecido de Caicedo de forma fulminante, siendo pitado el astado.

Recibió Sebastián Vargas al segundo, un toro aún más peligroso que el anterior que le hizo pulsar las teclas de la lidia a Sebastián Vargas. En banderillas anduvo dispuesto, pero siempre huyó el astado, tan sólo queriendo prender al torero colombiano. Cumplió meramente Vargas y, en faena, fue imposible plantarle cara ante la bronca embestida. Pasó las de Caín Sebastián con los aceros, dejando varios pinchazos haciendo enervarse al público de Cañaveralejo.

Media docena de verónicas de Antonio Ferrera a un tercero que humillaba hicieron las delicias del público de Cañaveralejo. No lo picó a fondo Luis Viloria en el tercio de varas, pero empujó con fijeza el toro, tomando posteriormente con humillación de nuevo el capote de los de plata. Invitó a sus compañeros de cartel a banderillear, y cuando tomó la muleta se mostró el astado como un soso, que debía sacarle la nobleza a base de tesón. Lo llevó muy a gusto por e l pitón derecho a base, sobre todo, de sobarlo muy mucho en todo momento. No aburrió al público a base de técnica lidiadora, exponiendo y debiéndose a público que agradeció su tesón. Dejó con el estoque varios pinchazos antes de ser silenciado.

El cuarto lo brindó a público Padilla. Antes, lo recibió a la verónica dejando su impronta capotera y en banderillas su personalidad con los palitroques. En faena, y ante un toro con poco fondo, no le exigió mucho porque protestaba en cuanto le pedía algo más. Debió darle, por ende, tandas cortas por esta circunstancia y, así puso todo de su parte el ciclón. Dejó finalmente una estocada tendida y, tras tres golpes de verduguillo, cayó el de Caicedo.

No se hizo con la embestida de un dificultoso quinto Sebastián Vargas. Quería irse en todo momento de la lidia, y Vargas intentó paliar esa mansedumbre del de Caicedo. En banderillas lo intentó y con la muleta fue complicado plantarle cara a un ejemplar peligroso. Se atascó con el acero y fue silenciado finalmente.

Lo intentó todo Antonio Ferrera ante el astado con más posibilidades de la tarde. Fue un toro noblón, pero no tuvo la peligrosidad de sus hermanos anteriores. Tras recibirlo a la verónica y brillar en tres pares de banderillas en toda la cara, brindó su faena al matador Paco Perlaza ,que se retiró del toreo el pasado domingo. En faena, mostró una justo condición el de Caicedo, y tras venirse abajo desfondado, acudió el extremeño inmediatamente a por la espada. Pinchó en el primer intento y dejó un

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cañaveralejo. Última de Feria. Casi lleno.

Seis toros de Juan Bernardo Caicedo, 1º peligroso; 2º con peligro sordo; 3º manso; 4º a menos; 5º soso; 6 noblón soso a menos.

Juan José Padilla, ovación y ovación.
Sebastián Vargas, leves pitos y silencio.
Antonio Ferrera, silencio y silencio.

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