Diario Frontera
Buenos dias, reciba nuestro cordial saludo de
parte de la Comisión Taurina Municipal de Mérida, en la oportunidad de
hacer de su debido conocimiento que en atención al artículo escrito por
Victor López "El Vito" y publicado en la edición del diario Frontera del
dia domingo 22 de febrero, en el que hace referencia a esta Comisión
Taurina, nos permitimos solicitarle, como lo establece la Ley, nuestro
correspondiente derecho a replica, con el mismo espacio de publicación y
en sus efectos, le anexamos nuestra respuesta oficial.
Gracias por su atención y difusion de lo anexado. Atentamente
Mérida, 26 de febrero de 2015
Señor:
Víctor López “El Vito”
Caracas.-
Tenemos
el honor de dirigirnos a usted con el objeto de agradecerle los
comentarios sobre nuestro ferial taurino merideño que publicó en el
diario Frontera del pasado domingo 22 de febrero del año en curso y
divulgado por las redes sociales. Su palabra en el mundo taurino es
importante y merece toda la consideración por su experiencia y afición.
En general sus comentarios son acertados y contribuyen a enaltecer
nuestra feria, pero hay algunos puntos que deseamos aclarar porque no es
lo mismo estar en el lugar y basar la opinión en la información de
terceros.
La feria fue un éxito
clamoroso. Todos los toros que se lidiaron en las corridas tenían casta,
peso, edad y trapío; permitieron buenas faenas y que los aficionados
salieran contentos de la plaza. Salvo pocas excepciones, se escuchó
música en casi todas las faenas. En Mérida contamos con una balanza que
fue calibrada por expertos de la Universidad de Los Andes pocos días
antes de las corridas, que tiene dos mecanismos: uno electrónico y otro
mecánico, que permite un doble control del peso de los toros. La edad no
la podemos comprobar por el guarismo, que como usted sabe no se lleva
en Venezuela, pero a todos los toros se les realizó el examen postmortem
y se fotografiaron las dentaduras, que es un método aceptado por los
médicos veterinarios. El trapío se ve, y la mayoría de los toros estaban
bien presentados, la piel lustrosa y evidenciaban su buena salud que
luego se comprobó en el examen. Algunos toros se disminuyeron en los
corrales y la mayoría ganaron en peso y condiciones, entre ellos los
menos pesados de Juan Campolargo, gracias al buen estado de los corrales
de la plaza, al cuidado del personal y del mayoral de la ganadería.
Lamentamos que no
hubiese gozado de la emocionante faena de Rafael Orellana al toro
“Polaco” bajo un chaparrón excepcionalmente copioso. La bravura de aquel
toro y su nobleza permitieron que nuestro torero se luciera. La afición
de tendidos, esa que a veces se desprecia, con sus “olés” devolvió a
quienes buscaron protección de aquella tromba. Es una de esas faenas
antológicas que alimentan los recuerdos para siempre. La lluvia fue una
buena prueba del buen estado de la plaza en particular de la arena que
al siguiente toro ya estaba en perfectas condiciones para continuar la
lidia.
Esta feria nos brindó
otras grandes satisfacciones: El buen estado de la cabaña brava
venezolana que aporto a Mérida encierros de casta y nobleza que
permitieron los triunfos de nuestros toreros nacionales, y de los
invitados de México y de España con la excepción de dos, cuya conducta
impropia ha sido extrañamente silenciada por la crítica.
La empresa Ramguertauro
cumplió cabalmente su contrato, y hubo coordinación de las autoridades
municipales, estadales y nacionales y con COREMER, la propietaria de la
plaza, que en conjunto ofrecieron los servicios que le son propios y
seguridad a todos.
Sobre la integridad de
los pitones hay mucha tela que cortar y usted lo sabe más que nadie.
Para la Comisión Taurina resulta sumamente complejo este asunto y hemos
realizado jornadas, estudios, compartido con veterinarios de otras
plazas, visto el problema de las pruebas y sus posibilidades de hacerlas
valer en un proceso administrativo o judicial. La nueva legislación
taurina merideña prevé altas sanciones. Quizás sería recomendable no
traer figuras y lidiar toros con nuestros matadores venezolanos que no
hacen exigencias indebidas. Nos gustaría que usted viniera a compartir
sobre este y otros temas de interés común.
En cuanto a los
indultos, aplicamos de manera ecuánime nuestra norma que con todo
respeto la trascribimos:“Artículo 169. La presidencia del espectáculo
podrá conceder el indulto, de manera excepcional, cuando concurran las
circunstancias siguientes:
1. Que la res presente características excepcionales de trapío, bravura y nobleza.
2. Que sea solicitado mayoritariamente por el público.
3. Que lo admita el diestro a quien haya correspondido la lidia de la res y
4. Que el ganadero o mayoral de la ganadería a la que pertenezca muestre su conformidad.”
Todos contaron con la
opinión unánime de la Comisión Taurina, su asesor técnico y el médico
veterinario; el público los pidió en evidente mayoría, como los diestros
que los lidiaron y los respectivos ganaderos. Nada de populismo, pero
entre la muerte de un animal encastado, bravo y noble y su vida, por la
que apuesta nuestra afición, no tenemos duda. Nuestra norma no confunde
entre la valoración de la faena y la calidad del toro, por lo cual
podría darse el caso de indulto sin premios para el lidiador.
Esta Comisión no está
por ganarse el favor de los ganaderos ni tampoco enemistarse con ellos,
sino ser objetivos en la apreciación de sus encierros y cumplir con la
Ordenanza Taurina de Mérida y su Reglamento. Por otra parte, creemos que
es indebido despreciar a la afición de los tendidos y calificarlos como
etílicos, pues también se consume alcohol en los numerados. Ambos
grupos de aficionados pagan sus entradas y aprecian las faenas, unos con
mayor sentido de espectáculo y otros como severos e implacables jueces
que exigen que Mérida sea Bilbao, Sevilla o Madrid. El público merideño
es como su gente: joven y alegre, celebra su feria en carnaval y va a
las corridas con la disposición de disfrutar del arte y pasar un buen
rato. Las plazas tienen su público y sus toros, como también las plazas
de México, Colombia, Ecuador y Perú, y le aseguramos que los miembros de
esta Comisión las visitan, ven los videos de sus corridas, las analizan
y observan cosas positivas y otras no tanto. También Valencia, Maracay,
Maracaibo, Tovar, Valle de La Pascua, San Cristóbal y otras plazas
venezolanas tienen su público y sus toros, y cada feria sus
particularidades que conocemos y valoramos tanto en lo positivo como en
lo negativo. Nosotros respondemos por la nuestra y nos sometemos a la
valoración que se haga de nuestras decisiones.
Aceptamos las críticas
aunque algunas no guarden objetividad, entre otras razones porque se
trata de un arte que apasiona. Lo que si no podemos aceptar es que se
dude del honor de quienes la integramos, aficionados taurinos que no son
designados ni por acuerdos partidistas ni por sectores interesados, que
trabajamos ad honoren solo por afición. Jamás en la historia de esta
plaza se ha vinculado alguna vez a alguno de sus miembros con intereses
de partidos, ganaderos, toreros, sindicatos o casas. Hemos siempre
tratado de llevar las mejores relaciones con los empresarios, ganaderos,
toreros, apoderados y aficionados. Hemos interpretado las normas de
buena fe, con espíritu de equidad y el ánimo de que se efectúen los
espectáculos lo mejor posible. Editamos ya por 33 años consecutivos el
Manual del Aficionado Taurino “A Los Toros”, tenemos una Banda Taurina
que hace del ferial un concierto variado y con partituras
permanentemente renovadas. En fin, hay una experiencia acumulada que
tratamos de aprovechar.
Cometemos errores que
los comentarios bien intencionados nos ayuda a corregir, mucho más
cuando hemos establecido en Mérida la sana costumbre de ir renovando la
Comisión Taurina sin despreciar, como con el buen vino, el valor de la
experiencia. Tampoco desconocemos la diferencia entre las críticas bien
intencionadas, como la suya y por eso la respetamos, de otras cargadas
de hostilidad y hasta de envidia, o con una carga de arrogancia de los
que se sienten superiores a Cossío y Corrochano. Las primeras las
recibimos con humildad, pero las segundas nos causan pena.
Que todo sea por el bien de las corridas.
Con un atento saludo:
La Comisión Taurina de Mérida
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