Hasta ahora varias normas, especialmente un decreto de 2006, regulaban los festejos populares. Por eso el Gobierno aragonés ha planteado el proyecto de un nuevo Reglamento de festejos populares que actualmente se encuentra en tramitación una vez que han sido aportadas alegaciones al proyecto planteado por la Consejería de Política Territorial e Interior, que es la responsable de las competencias taurinas en esta comunidad.
El citado proyecto asume que todos estos festejos componen una economía propia.
Allí se incluyen empresarios, profesionales taurinos, ganaderos,
médicos, veterinarios... que tienen en esta actividad una viabilidad
económica.
Asegura el legislador que era necesario un cambio. Y el Gobierno aragonés comienza por meterse en un charco,
pues la necesidad de cambiar las cosas es la primera duda que a uno le
asalta al leer el proyecto de nuevo Reglamento. Dice el legislador que
su propósito es «respetar las tradiciones locales,
mejorar la calidad del desarrollo del festejo, garantizar la protección
del ganado de lidia evitando el maltrato a las reses, mejorar la
profesionalidad de los intervinientes y establecer condiciones de seguridad que
reduzcan al mínimo los riesgos para los participantes y espectadores».
Toda esta loable intención no entra en confrontación con lo hasta ahora
realizado. El sentido común ha imperado mucho más de lo que el Ejecutivo pueda pensar en la organización y desarrollo de estos espectáculos tan arraigados.
Mayores de doce años
Pero vayamos por partes, una de las grandes novedades del nuevo Reglamento es que abre la posibilidad de participación a menores de 16 años. «Podrán participar los menores de 16 años y mayores de 12, cuando intervengan exclusivamente hembras
de ganado bovino de lidia de hasta dos años. Deberán de ir acompañados
de sus padres o de quienes les sustituyan en el ejercicio de funciones
propias de la patria potestad o
autoridad familiar». Sin entrar en la idoneidad o no de que niños de a
partir de 12 años puedan participar en una suelta de vaquillas o en un
encierro, el articulado es más que controvertido y crea una situación
que sí puede provocar tensión en nuestros pueblos cuando hasta el momento estaba claro la participación exclusiva para mayores de 16 años.
Sobre los directores de lidia
también aporta novedades el articulado y establece que deberán ser
profesionales que en los cinco/diez últimos años hayan actuado en dos
festejos como mínimo como matadores de toros,
novilleros con picadores o banderilleros. Esta situación puede dar al
traste con contrastados profesionales que han demostrado durante mucho
tiempo su capacidad para actuar como directores de lidia
en capeas sin que su actividad profesional haya estado en festejos
mayores.
También es cierto que con estas condiciones en unos años puede
ser que no existan profesionales con esas exigencias.
Otro punto pues para la polémica en un Reglamento que sí hace especial hincapié en la seguridad sanitaria del
ganado y que pone en el punto de mira la seguridad para los
espectadores estableciendo las máximas garantías en la colocación del
vallado en los recintos en donde se lleven a cabo los festejos. Aunque
se plantean dudas si el vallado vertical
que se plantea exigir es más o menos acertado que los actuales, sin
entrar en el desembolso económico que ese cambio conllevaría.
De las alegaciones al proyecto y del debate en las Cortés
de Aragón saldrá el nuevo Reglamento de festejos taurinos populares. Una
regulación que debería ser fruto del consenso,
en el que cada sector implicado aparcara a un lado sus intereses
particulares en beneficio del interés común, que es la fiesta en
nuestros pueblos.
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