En 1936, en el 18 aniversario de la Revolución Rusa,,
«La Voz» lo envió a Rusia. Sus impresiones las cuenta a través de su
personaje, uniendo dibujos y textos, escritos en fonética andaluza, en
el libro«Oselito en Rusia» (reedición: ed. Almuzara, 2012). En el capítulo XLVIII, «Toros en la U.R.S.S.», imagina que charla de toros con Stalin(que también habla con fonética andaluza, en la transcripción de Oselito):
«Oí unos siseos: ‘¡Chis, chis! ¡Oselito, Oselito!’ Miré pa arriba. Era Stalin. ‘¡Hola!’, le dije.
Me enteré por los periódico que estabas aquí.
«A ustede le está hasiendo farta como er comé que haya toro en Rusia»
- Perdóname, Osé de mi arma, que no pueda resibirte en este momento. Estamo atareadísimo con esto der desfile der día 7 y...
No, home. Primero es la obligasión; tuviera que ve...
Ya sé – continuó – que viene a hablarme de eso de los
toros. Mira, sube esa escalera y ar finá, a mano izquierda, verá un gran
salón. Pregunta por Voronoski y dile quién ere y que va de mi parte. Él te conose (...)
¡Caramba, Oselito! ¿Tú por aquí – exclamó un ruski alto y fuerte, mientra me abrasaba (...)
Pues verá, camarada. Yo creo que a ustede le está hasiendo farta como er comé que haya toro en Rusia(...)
Aquí, en la U.R.S.S., no tienen ustede idea der derecho a criticá
libremente – de buena o mala fe - que tiene er público en España. Desde
er presidente hasta el úrtimo ‘mono’
cae de lleno en la ruidosa crítica de los tendío. Y no crea. Muchas
vese también se extiende el ‘recuerdo’ a los más lejanos parientes de
los actores de la fiesta, y ocurre, por ejemplo, que ar torero o ar presidente,
no le disen na, y, en cambio, a los padres y a las madres de ellos, que
no han intervenío, los ponen que no hay por dónde cogerlos.
– Es curioso lo que me dise, Oselito.
- ¡Y tanto! Ademá, es la verdá más verdá que tenemo. Cuando er toro sale de su ensierro, vibrante de inquietú y de coraje, ha salío la verdá,
y er torero se enfrenta con ella a la lú der so, ante mile de ojo que
lo espían. ¡No valen recomendasione, ni yo soy muy bonito, ni yo soy muy
feo! ¡To son iguale ante la verdá der toro, que a nadie le pide la
sédula! (...)
–De verdá, camarada, que me ha interesao. Tar como tú lo dise, me parese esa fiesta una cosa maravillosa, llena de pasión y arte, no el repugnante sacrifisio de pobres animales que me pintaron. ¡Me gusta!»
1 comentario:
Claro que le gustaban los toros, pues dicen que el bigotudo ruso era hijo de Juna Vicente Gómez, se cuenta que cuando un Circo Ruso vino a en Caracas, el General venezolano -que dodo lo quería- se follo una bailarina del circo, de allí y que nació Stanley... que tal
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