domingo, 5 de abril de 2015

ARLES Oreja para Castella y Manzanares

'Más allá de lo evidente'

Castella, al natural esta tarde en Arles l André Viard-Terres Taurines
MICA CRESSENTY
Arles (Francia). El marcador se quedó corto. Su meridiana precisión se ancló en lo evidente. Pero el resultado escondía mucho más de lo retratado en la 'Foto Finish'. El de hoy en Arles no reflejó lo ocurrido en el ruedo. Una oreja cada uno se llevaron Sebastián Castella y Manuel Manzanares. El francés como premio a su poderío en cercanías con el quinto, pero también tuvo importancia su faena al segundo. Otra paseó el alicantino en el primero de Murube, una labor de sabor.
Pero la tarde fue mucho más que eso. Más allá de esa evidencia quedó la templanza y la despaciosidad con que toreó Fandiño al tercero, que de no tardar en caer le hubiera reportado una oreja o incluso hubiera merecido la segunda. Los detalles toreros de Luque también quedaron en la retina. Y su tesón con el sexto le hubiera valido un trofeo de no marrar con los aceros. Molestó el viento en una gélida tarde. Quizá esa frialdad incidió en el público en ciertos momentos, y eso hizo que no rompieran esa barrera de lo obvio.

Manuel Manzanares abrió la tarde de Resurrección rejoneando a un Murube con el que se lució con Farruquito llevando al toro cosido a la grupa de su montura. Gustó mucho a lomos de Mazzantini con piruetas delante de la cara del noble animal. Mató de rejón efectivo y cortó la primera oreja del festejo.

El quinto de Montalvo derrumbó al caballo con bravura en su primer encuentro. Castella empezó su faena sentado en el estribo, un trasteo con mucho mando a un ejemplar tardito en sus arrancadas. Terminó su faena por cercanías, sitio que domina el francés pasándose cerquísima a su oponente. Estocada. Oreja tras aviso. Antes, el de Beziers recibió con suavidad de capa al segundo, al que instrumentó un ajustado quite por chicuelinas. Después una firme faena con templados derechazos antes de que el toro se viniera a menos, momento en que el francés se pegó un arrimón entre los pitones que llegó mucho al tendido. Estocada algo caída. Ovación tras dos avisos.

Como para conjurar la mala suerte, Fandiño llegó a Arles con el mismo traje que el pasado domingo en Madrid. Recibió a su primero por verónicas. Salió al quite Luque por gaoneras. El de Orduña empezó su faena por estatuarios en tablas en el centro del ruedo, aunque tuvo que cambiar los terrenos hacia la puerta de arrastre debido al viento que sopló hoy en Arles. El noble astado de Montalvo respondió bien a la muleta del torero vasco, que firmó buenas tandas por ambos pitones con mucho temple y muy asentado. Remató su faena por bernardinas y una estocada. Pero el toro tardó en doblar y eso hizo que todo quedara en una ovación tras dos avisos.

Fandiño se estrelló con el sexto, un astado inválido que perdió las manos en varias ocasiones. El torero hizo todo lo posible por mantenerlo en pie pero no hubo posibilidad de lucimiento alguna. El público ovacionó su esfuerzo.

Faena con detalles de torería por parte de Daniel Luque al cuarto, un toro muy medido de fuerzas y sin fondo. Destacaron las trincheras y los cambios de manos a cámara lenta. La falta de fuerzas impidió que su actuación tomase vuelo. El último del sexteto fue un toro manejable aunque le faltó chispa. Lo muleteó Luque muy convencido poniendo la fibra que le faltaba al astado. Así logró sacarle largos muletazos que conectaron mucho con los tendidos. El fallo con los aceros dejó su actuación en silencio.
Anfiteatro romano de Arles. Más de tres cuartos de entrada. Toros de Murube para rejones y Montalvo para la lidia a pie, nobles y manejables, algunos flojos. Bueno el cuarto. Inválido el segundo de lidia ordinaria. Manuel Manzanares, oreja; Sebastian Castella, ovación tras dos avisos y oreja tras aviso; Iván Fandiño, ovación tras dos avisos y ovación tras aviso; y Daniel Luque, silencio y silencio.

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