viernes, 24 de abril de 2015

FERIA DE ABRIL: Manzanares pincha una gran corrida de Cuvillo y la Puerta del Príncipe


El alicantino pierde cuatro orejas con la espada con todo a favor; Rivera Ordóñez volvió a la Maestranza a pasar el trámite sin compromiso. La firmeza de Galván mereció una vuelta al ruedo

Extraordinaria embestida de 'Encumbrado' en la muleta de...


ZABALA DE LA SERNA Sevilla

Un 23 de abril de 1995 Francisco Rivera Ordóñez se convertía en matador de toros en Sevilla, la misma plaza que este viernes recibía su regreso supuestamente conmemorativo con un silencio frío de calculada medida. Ni una palma al romperse el paseíllo 20 años después. Tampoco Rivera despertó las ovaciones con el bondadoso y rematado cuvillo de su reaparición sevillana. El toro rasgó su capote antes de ser picado muy trasero y excesivamente sangrado. En la media altura paso la muleta de RO como en un pacto de no agresión. La faena de grueso trazo se apagó conforme a la embestida. La estocada se hundió por donde los puyazos y siguió reinando el silencio.


Por el contrario, José María Manzanares se dejó enterito en el caballo al lindo toro de Cuvillo que nada más salir colocó la cara con clase en la onda de las verónicas de amplio vuelo. Pronto, alegre y bravo 'Encumbrado' en las chicuelinas de mano baja del quite, replicado por David Galván con otro por el mismo palo. Manzanares brindó a los médicos que le habían atendido el otro día de la gastroenteritis como los agradecimientos que suelen hacerse cuando regresa el matador de una cornada.


La faena transcurrió en los medios con generosa distancia. Composición, empaque y limpieza en las series de redondos más que poso. Manzanares se engalanó en un cambio de mano marca de la casa. La plaza deliraba de pasión. Al natural el toro se desplazaba con un metro más de tranco: tres y el de pecho. La siguiente ronda, tras un respiro eterno en el que el toro se puso a escarbar por no fumar, de nuevo diestra, adquirió la mayor plenitud y consistencia de todas. La Maestranza se había vuelto a llenar por cuarta vez para ver a su torero y se entregó por completo al nuevo y lento cambio de mano antes de despedir la faena por naturales ligeros y adornos toreros.


Quiso José María Manzanares matar en la misma boca de riego para asegurar las orejas, pero se arrancó muy vivo 'Encumbrado' al toque y del encuentro quedó un pinchazo hondo y sin muerte. El descabello reiterado y el aviso difuminaron definitivamente los trofeos de un cuvillo que a algunos recordó a 'Arrojado'. Qué recuerdos. Larga es su sombra.




Otras hechuras diferentes traía el tercero de más amplia cara. David Galván brindó el toro al público, al cielo y a Manzanares. Pero el cuvillo sin clase ni voluntad para humillar ni romper hacia delante no merecía tanto brindis. Ni uno. Galván se encasquilló en una faena premiosa.
Manseó el serio cuarto de Cuvillo, que fue buen toro. En banderillas hizo hilo hacia los adentros con Juan García hasta alcanzarlo por salva sea la parte, sin que nadie cortase el viaje. Se escapó de milagro. Rivera desde el percance de Olivenza no ha vuelto a coger los palos. Hace bien. La faena alternó las manos sin que fluyese el toreo desde una colocación en la que es francamente difícil que aparezca. Una voz del sol pegó el cante de lo que sucedía: "¡Cuánta vulgaridad!" Rivera desde la trinchera se dejó enganchar por el leve punteo de la noble embestida incontables veces.


Ya con el hondo y castaño quinto se podía afirmar que Álvaro Núñez había lidiado una gran corrida. Que se suma a las de Valencia y Castellón. Cuvillo ha vuelto por sus fueros. El pitón derecho del toro fue de aquella manera por su encastada profundidad. Manzanares toreó en tandas medidas que en el segundo y tercer muletazo lograban su cenit sin alcanzar nunca el cuarto. Bramó el público y la faena cobró más emoción aún cuando el torero fue levantado del piso en un desplante sin consecuencias. Más tropa que capotes al quite. Por la izquierda el toro no era igual, así que JMM apostó por la continuidad con el mismo gran eco incondicional. Se empeñó en entrar a matar en la suerte de recibir cuando el toro no lo pedía ni lo quería (el suyo anterior sí valía para hacerlo). Y pinchó por dos veces. Y otra más al volapié ya sin fe. Adiós a otras dos orejas, que cambió por una sentida vuelta al ruedo. Su mayor éxito de Abril es sin duda la gente que ha movido en póquer de llenos.


Un firme David Galván fue volteado por el sexto afortunadamente sin consecuencias. Enormes los pases de pecho de una faena de valor que acabó en las distancias cortas con el noble toro, que siempre se resistió por el izquierdo, a menos. Pinchó y dio la vuelta al ruedo.

FICHA DEL FESTEJO

  • Plaza de toros de la Maestranza. Viernes, 24 de abril de 2015. Décima de feria. Lleno. Toros de Núñez del Cuvillo, de diferentes hechuras, líneas y seriedades; excelente por las dos manos el bonito, pronto y bravo 2º de gran clase; serio y bueno un 4º que manseó; bondadoso en la media altura un 1º muy sangrado; de encastado y profundo pitón derecho el hondo 5º; noble pero a menos el 6º.
  • Rivera Ordóñez, de nazareno y oro. Estocada muy trasera y desprendida (silencio). En el cuarto, estocada (silencio).
  • José María Manzanares, de negro y azabache. Pinchazo hondo y cinco descabellos. Aviso (saludos). En el quinto, dos pinchazos en la suerte de recibir, pinchazo y estocada. Aviso (vuelta al ruedo).
  • David Galván, de verde hoja y oro. Pinchazo y estocada atravesada. Aviso (silencio). En el sexto, pinchazo y pinchazo hondo. Aviso (leve petición y vuelta).

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