sábado, 18 de julio de 2015

ROQUETAS DE MAR (ALMERÍA): Rotundo Perera, laborioso Ponce

Toros de Alcurrucén para Enrique Ponce, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante

Rotundo Perera, laborioso Ponce
EMILIO TRIGO

Arrancaba la primera corrida de toros de la era Caballero en Roquetas con un encierro de Alcurrucén esperando en corrales a que Enrique Ponce, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante hiciesen el paseíllo.

No llegó a estirase el valenciano Ponce ante su primero, astado muy bien hecho pero abanto de salida -típico del encaste- sin fijación en el capote de Enrique. En la suerte de varas, Manolo Quinta le sopló un gran puyazo en todo lo alto. Meritoria suerte del piquero. Ponce dosificó a su oponente en una estructura de faena en dos fases. La primera abriendo el camino y tirando del toro en línea. La segunda atacando y ligando de mitad de labor hacia delante. En ambos casos se impuso a su desigual oponente. El de Alcurrucén no terminaba de rebozarse en la muleta y además soltaba la cara de fea forma. Teclas que solventó Enrique Ponce con su habitual fondo de magisterio. Hizo parecer que fue mejor el abreplaza imponiendo su criterio. Estocada y oreja.

El primero de Miguel Ángel Perera tomó pronto el camino de regreso a corrales para que saliera en su lugar un toro del hierro titular. Bellos lances con el capote del extremeño ante el segundo bis. Un toro que dejó ver sus fuerzas muy justas y al que Perera casi ni picó. Sólo topó con el peto y a otra cosa. Llegó apuntando el Alcurrucén a quererse rajar, pero Miguel Ángel supo amarrarlo en la franela. Tuvo mérito su faena que fue un fiel reflejo a su gran capacidad. Al principio en medias distancias por ambos pitones y amasando a su oponente. Más tarde, afianzado el toro y aquilatado el torero en el albero se lo pasó por uno u otro a placer metido entre pitones. Faena explosiva por su firmeza y ligazón. Estocada, dos orejas.

Alejandro Talavante imprimió variedad en su manejo con el capote. Lo recibió con una larga a una mano, verónicas y chicuelinas hasta llegar a la boca de riego. Lo justo en varas y a torear se puso. Antes brindó a un pequeño del tendido. El tercero llegó al último tercio con movilidad pero poca entrega. Se movía pero no venia metido en la muleta aunque sin embargo era obediente al toque. Alejandro desarrolló una faena ligada, sin parámetros establecidos. Dejó volar su imaginación y así lo mostró ante su irregular primero. La espada le quitó tocar pelo. Silencio

El cuarto fue un toro muy suelto de carnes que hizo dudar en la realidad de la báscula. Astado con cuello, de embestida picante, violenta e irregular. Ponce brindó al respetable una faena en la que intentó corregir las dificultades de su oponente. Lo hizo el valenciano a base de tesón y técnica además de exposición. Al final atacó sin dejar pensar al segundo de su lote e hilvanando varias muy ligadas con la diestra. El cuarto, se movió con chispa y tal vez le faltó un puyazo más. Estocada y oreja muy trabajada.

Saludo de probatorias, sin estirase ante el quebrado quinto de Perera. Toro que abrochaba y cerraba las palas. Tampoco le dieron a este y se limitaron a cumplir el reglamento. Más entonado el quite por tijerinas pero el segundo del lote no terminó de romper para adelante. Brindis público. La faena de Miguel Ángel fue casi un calco de la anterior. Poderosa muleta y escalofriante valor de Perera metido en medio de las astas. Toro muy noble pero de escaso recorrido, lo que aprovechó el extremeño para pegarse un arrimón de órdago. Se hundió en la arena y le rozaban los pitones a cada muletazo. Se abandonó hasta torear sin ayuda y refrendó con un espadazo. Dos orejas con fuerte petición de rabo y dos vueltas al ruedo con gritos de torero torero. Enorme bronca al palco.


Talavante abrochó la jornada -nocturna a esas horas- con una faena que tuvo diferentes parámetros y el denominador común de la estética natural del extremeño. Mejor siempre por el izquierdo. El ciertaplaza resultó un toro complicado en todos los tercios y pareció tener la vista perdída. Hubo mucha disposición y aguante de Talavante, que otra vez erró de primeras con la espada. Oreja arrancada y muy elaborada.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Roquetas de Mar (Almería). Feria de Santa Ana, primera corrida de abono. Lleno en los tendidos.

Toros de Alcurrucén, correctos de presencia.
Enrique Ponce (celeste y oro): oreja y oreja.
Miguel Ángel Perera (ciruela y oro): dos orejas y dos orejas con dos vueltas al ruedo.
Alejandro Talavante (azul noche y plata): silencio y oreja.

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