Se lidiaron toros de López Gibaja y novillos de José Vázquez para Manuel Escribano Iván Fandiño, y el novillero Aitor Darío “El Gallo”
FRAN DOMÍNGUEZ
Cuatro toros de López Gibaja y dos novillos de José Vázquez abrían la Feria de San Julián 2015 en Cuenca con Manuel Escribano y el novillero Aitor Darío "El Gallo” en el cartel. Un gran ambiente se vivía un año más en los tendidos manchegos a la espera de una semana llena de tardes importantes.
Salió con pies el primero de López Gibaja acometiendo con brío al capote de Escribano. Pareció acusar el animal los dos puyazos que recibió, ya que el picador tuvo que rectificar un puyazo algo caído, pero en banderillas el animal se vino arriba, Escribano ejecutó un interesante tercio de banderillas que llegó mucho al público. Como apuntó ya en la salida del caballo, este primero acusó el desgaste en el mismo, llegando sin fuelle a la muleta. Lo intentó el de Gerena ante un animal noble pero desfondado. Porfió Escribano en una faena que no pudo tomar vuelo debido a la condición de su oponente. Tras la estocada algo trasera fue ovacionado.
Salió con muchos pies el colorao segundo que no permitió a Fandiño estirarse a la verónica. Recibió un buen puyazo, galopando con celo en el tercio de banderillas. Ya en la muleta el animal embistió con celo y alegría a la muleta de Fandiño. Largos y de muleta arrastrada fueron los derechazos, el de López Gibaja repetía embistiendo como un tejón. Por el lado izquierdo el animal hacia hilo, quizás Fandiño estuvo algo encimista, aun así hubo naturales largos y hasta el final. Volvió a coger la derecha donde la faena retomó el vuelo de las tandas iniciales. Tras pinchazo y estocada cortó la primera oreja de la tarde. De encastada y humillada condición este segundo de la tarde. Ovación justa al toro en el arrastre.
Sufrió el torero local un fortísimo golpe cuando se disponía a torear de capa, tras pasar por la enfermería volvió a la cara del novillo. Llevaba un fuerte golpe en la cara que afectaba al ojo izquierdo y la boca. Enrazado estuvo el Gallo para exprimir al animal por el pitón izquierdo, ahí el novillo se desplazaba con más claridad. Se puso también por el pitón derecho donde el animal se lo pensaba más. Faena de máxima entrega de un novillero que pese a la paliza recibida no le perdió la cara a la tarde, estando por encima de un novillo nada lucido. Tras atascarse con los aceros el novillero fue premiado con una oreja.
Más
justito de fuerzas este
cuarto de la tarde, ya de salida embistió a saltitos y con las manos por
delante. Tanto en el caballo como en las banderillas se movió sin
demasiado
celo ni clase, iba y venía sin demasiada humillación, gran importancia
tuvo el último
par sentado en el estribo. Tuvo movilidad el animal en la muleta pero le
faltó
casta y fondo, iba y venía pero sin decir nada, soso el de López Gibaja
en sus
acometidas. Reponía y embestía a media altura este cuarto que no le dio
demasiadas opciones al torero de Gerena. Lo intentó Escribano en una
labor sincera pero el animal bajó la persiana hasta llegar a pararse por
completo. Lo pasaportó de una gran estocada y fue ovacionado.
Se movió de salida el quinto de la tarde, otro toro
bien presentado. Se lo pensó mucho el animal en la muleta, embestía a
media altura y sin emplearse, Fandiño intentó taparle los defectos a un
desrazado y bruto animal, consiguiendo buenos muletazos. El de López
Gibaja nunca se entregó, iba y venía sin demasiado celo, Fandiño a base
de técnica y oficio sacó lo que no tenía el toro, labor meritoria la del
torero de Orduña. A base de tesón y esfuerzo le consiguió arrancar la
oreja tras una estocada algo trasera.
Desde que salió por chiqueros el sexto de la tarde
el novillero conquense derrochó ganas y pundonor ante un animal bruto y
poco franco, aun así le recetó varias verónicas de suave trazo, siempre
toreando a favor del animal. Accidentada lidia en el sexto, novillero y
subalterno fueron volteados feamente, afortunadamente sin consecuencias
graves. Tuvo exigencias en sus embestidas el de José Vázquez, ya que
tendía a protestar cuando tocaba los engaños, sin embargo si lo llevabas
suave y sin tocar los engaños iba hasta el final. El Gallo no acabó de
cogerle el aire a un animal agradecido cuando se le hacía las cosas
bien. De mitad de faena hacia adelante la faena tomó vuelo, largos y
templados fueron los naturales que calaron en el respetable. Faena de
gran disposición y arrojo de un novillero que llevaba en su cuerpo dos
volteretas e innumerables golpes y moratones. Muy torero y encajado
estuvo en la última serie, lo que unido a una media algo atravesada tras
varios descabellos le puso en sus manos la oreja del sexto de la tarde.
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