Fandi corta una oreja, López Simón enseña la verdad más pura de la feria y Castella se estrella con un lote bruto del mal encierro de Fuente Ymbro
MARCO A. HIERROBeber en la fuente seca es como ver el sol entre paredes traslúcidas. Beber en la fuente seca es ver cómo la ilusión se tira por un barranco y la desesperación se te adueña de la casa cual okupa de Podemos exigiendo tu abolición. Cavar el hoyo en la fuente cuando ya no queda agua tiene la guasa de agarrarte a la esperanza del que vio un tiempo mejor. Y a la esperanza se le confía el alma cuando es lo que te queda después de mucho caminar.
Pero distó mucho la seca Fuente Gallardo de la exuberante y líquida boyantía de aquel Agitador de Madrid. Andaba Ricardo desde la mañana con el gesto torcido por lidiar sólo cinco toros, y se la torció Málaga por la tarde por echar un saldo desigual en hechuras, feo en las formas, bruto en los ademanes y geniudo en las ideas, que fue en lo que resultó parejo el encierro de la Fuente. Seca estaba hoy de embestidas entregadas, de empleo en los riñones y humillación en el morro. Seca de bravura y de espectáculo, pero es que el remiendo de Victoriano no fue mucho mejor que el resto.
Quiso beber en la fuente Alberto López Simón enseñando la verdad de esto que llaman toreo desde que pisó la arena. Quiso beber porque tiene sed de triunfo, porque tiene hambre de gloria y necesidad de sentirse lleno con lo que ejecuta en el ruedo para alimentar esa verdad. Por eso no hay probatura al torear de capote; o embistes o me llevas, pero no voy a enmendar. Por eso se clava en la arena para interpretar estatuarios con la ayuda abriendo bamba junto al estaquillador, dejando que vuele tersa una muleta sin trampa.
Como no la tuvo la forma de citar de frente, de querer beberse la fuente sacando medio trapo despacio de detrás de la cadera, echando la panza al morro y hundiéndose en el albero para que pase la media arrancada, con un giro de talón para recoger reposición con disparo, con la cabeza fresca para arrebujar el molinete cuando ya estaba cogido y con las pelotas cuadradas para dispararle hasta atrás el de pecho rebrincado. Fue de verdad el toreo de Alberto, que atenazó las gargantas durante tercero y sexto, que cautivó el foco y el pecho de la media plaza que miraba y que pinchó en el tercero la oreja más sincera de cuantas van esta feria. Esta seca la fuente, pero no para él solo.
También se la encontró El Fandi ayuna de bondades y entregas, pero este tiene carrete para torear al cuarto de toro. No era más que un cuarto el cuarto de Fuente Ymbro, cornalón y montado de hechuras, horrible de fenotipo, anunciando seca la fuente para quien quisiera beber. Pero había salido al ruedo y es capaz el granadino, que con dos verónicas sueltas, medio quite por navarras y un compromiso en banderillas de cierta importancia al parar a un toro con mucho gas ya tenía al tendido metido en la alforja. El inicio de rodillas en los medios, arrastrando por el piso la aparente boyantía del mentiroso animal provocó en seguida el espejismo. Pero fue espejismo, no oasis, porque rápido se le acabó la entrega al toro, y su actitud defensiva se palió sólo con la movilidad que supo apretar y soltar un inteligente David para que siguiese caminando, al menos, el único que no paraba. Y a ese le cortó una oreja. Con la gota que echó de agua.
A Castella no se la echaron ni el basto y rajado segundo ni el bruto y geniudo quinto que echó Victoriano al ruedo, toro de mucha apariencia y poco remate que se convirtió en una avispa para la sed del francés. Y entre uno que soltaba el tornillo y el otro que pugnaba por meterlo en cintura no hubo más que pelea y porfía. No fue la tarde de triunfar del galo, que se quedó tan sediento como el pagano que pasó calor casi tres horas de piedra.
Porque se puede administrar el agua cuanto llega con cuentagotas, y se le puede meter mano a un pellejo peleón, pero cuando la fuente está seca no se contenta el que paga ni el que cobra tiene opción.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Malagueta. Última de Feria. Corrida de toros.
Seis toros de Fuente Ymbro y uno de Victoriano del Río (quinto), exigente y áspero el primero, basto y rajado el castaño segundo, geniudo y mentiroso el manso tercero, de movilidad sin clase ni entrega el bruto cuarto, díscolo y sin entrega el geniudo quinto, bruto, áspero e informal el sexto.
David Fandila "El Fandi” (grana y oro): silencio y oreja.
Sebastián Castella (grana y oro): silencio y silencio.
Alberto López Simón (grana y oro): vuelta y ovación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario