jueves, 6 de agosto de 2015

LA CRÓNICA DE PALMA Palma lucha y sangra… pero pervive

Para la libertad, cual Miguel Hernández rompiera los moldes del tiempo, Talavante salió gritando que lo que anoche sucedió en Palma no fue sino un acto de amor libre, eterno y de somnolienta realidad

Palma lucha y sangra… pero pervive

A las doce en punto de la noche, cual Sánchez Mejías gritara siete horas antes, Talavante cruzaba el umbral del Coliseo Balear en busca de la libertad perdida, esa que la historia se ha encargado de dotar o arrebatar a sus hombres a partes iguales. Ahora le ha tocado a Palma, una plaza que puede estar en el mayor de los peligros y que ha vivido el mayor de los amores a la libertad del que puede jactarse un ser humano. Cual Miguel Hernández en la ciudad mediterránea de los sueños gritara que para la libertad sangra, lucha y pervive. Para la libertad , Talavante salió gritando que lo que anoche sucedió en Palma no fue sino un acto de amor libre, eterno y de somnolienta realidad.

Dejó detalles de gusto Morante ante el primero de Zalduendo, especialmente una primera tanda por el pitón derecho en la misma raya del tercio ante un astado que no terminaba de romper. No podía con sus kilos el toro a pesar de la insistencia de Morante, que tras varios intentos con la zurda y después de que se le parara en los derechazos fue a por la espada. No mató bien el de La Puebla. Mucho gusto tuvo Morante en el recibo capotero del cuarto, un toro que salió con viveza y al que Morante recetó media docena de verónicas encajadas. Se lo pasó cerca después por chicuelinas, levantando los tendidos mallorquines con un toreo de trazo artístico y gracioso. Lo cuidó en vara el de La Puebla para, muleta en mano, ir cuajando un trasteo de enjundia por ambas manos hasta que se vino abajo el toro y la faena.

A más fue la faena de Manzanares ante el segundo, un toro de Zalduendo que repitió en su muleta. Antes, Manzanares lo recibió con verónicas aisladas pero de gusto. Ya franela en mano, José María, ataviado de catafalco y oro, instrumentó una faena que fue de menos a más y en la que rompió al animal por el pitón derecho. Le costaba más por el izquierdo, pero en naturales sueltos logró encelarlo Manzanares. Un estoconazo selló el alicantino para dejar sin puntilla a su oponente. Se tintó de blanco de inmediato el Coliseo Balear para pedir los trofeos a José Mari, paseando éste finalmente las dos orejas del animal. Lanceó con gusto Manzanares al quinto, un toro de floja condición al que debió cuidar muy mucho Barroso en el caballo. Brilló posteriormente su cuadrilla, destacando Curro Javier, que colocó un par de banderillas justo en el agujero de la puya y recibió el cariño de la plaza que también aplaudió una gran lidia de Luis Blázquez. Se le vino abajo a partir de la segunda tanda el toro a José María, dejando una docena de muletazos por el derecho ante un Zalduendo que no transmitía y que además, sacó su instinto manso en el epílogo muleteril. Fue sacándoselos más en corto el alicantino para, finalmente y tras nulos intentos, desistir ante la mansurrona condición del toro. Espada en mano, Manzanares dejó una estocada.

Un grandioso toreo capotero es el que mostró Alejandro Talavante en el tercero, un toro pronto y con tranco alegre de salida al que el extremeño mostró gusto y estética para sellar su impronta de inicio. Tras el tercio de varas se vino un punto a menos el de Zalduendo, pues sólo le aguantó dos tandas a Alejandro para, a partir de ese momento, buscar el toreo de cercanías y sonsacar naturales largos y caros. Se asó entre los pitones del noblón antes de dejar la estocada que valió la oreja.Por verónicas a pies juntos recibió Alejandro Talavante al sexto de la noche, un toro de Zalduendo de terciada estampa con el que emocionó al público de inicio. Tuvo gusto Alejandro en el remate y poco después en el brindis a Valentín Luján, miembro de su cuadrilla y torero mallorquín. El inicio de faena fue en el tercio de rodillas, cuajando una tanda completa de hinojos y levantando literalmente al público de sus asientos tras ese momento. Fue confeccionando un trasteo en el que se impuso el temple y los recursos del extremeño, dejando detalles torerísimos después de cada tanda. Al final, se pidió el doble trofeo, concediendo tan sólo una oreja el palco. 

Pero, para entonces, ya estaba sentenciada la libertad de una ciudad que diez días antes había luchado, había sangrado pero seguía perviviendo. Porque para otoño retoñarán aladas de esas en las que Mallorca siente cada herida porque ha perdido parte de su libertad. Pero Mallorca, aún siendo árbol talado, retoña y sigue teniendo la vida…

FICHA DEL FESTEJO

Coliseo Balear. Palma de Mallorca. Corrida de toros.

Seis toros de Zalduendo, desiguales de presencia y juego. Destacó el segundo. 
José Antonio "Morante de la Puebla”, saludos y saludos. 
José María Manzanares, oreja y ovación. 
Alejandro Talavante, oreja y oreja. 

INFORMA: JUAN ANTONIO MALONDRA

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