CARLOS CRIVELL
La tremenda cornada sufrida por Francisco Rivera Ordóñez y algunas reacciones que se han producido requiere algunas reflexiones.
1.- Los toreros se juegan la vida
. El torero sigue jugándose la vida cuando se pone delante de los toros.
A fuerza de repetirse esta máxima, muchas veces se nos olvida.
Se llega a pensar que el toro de nuestros días es inofensivo, pero la
verdad es que el peligro permanece intacto. Por eso, todo juicio a los
lidiadores debe hacerse bajo la premisa del peligro permanente.
2.- Paquirri.
Las imágenes de la cornada nos traen recuerdos del pasado por lo que tienen de parecido a la que sufrió su padre.
Toreo de capa,
toro que se vence con toda la fuerza que tienen recién salidos al
ruedo, presa en el cuerpo del torero y un tiempo que parece eterno
girando sobre el pitón.
La historia, tan caprichosa, ha podido repetirse.
3.- Cirujía taurina
. Los médicos taurinos han vuelto a demostrar su preparación
y eficacia. Se trata de una cirugía de urgencias sin posibilidades de
hacer pruebas anteriores para conocer los detalles de las heridas del
torero.
Es una cirugía de máximo riesgo y de una exigencia superior.
Nunca se ponderará lo suficiente esta labor. El trabajo del doctor
Crespo, por lo que conozco, ha sido impecable, a pesar de encontrarse
con lesiones con las que no contaba.
4.- Un milagro.
Ha sido una cornada con mucha suerte. Los caminos que ha
seguido el pitón, disecando de la arteria ilíaca (probablemente la que
le seccionó
Avispado a su padre en Pozoblanco), indican que de verdadero milagro no se ha producido una tragedia.
Ni que decir tiene que si la aorta es dañada no hubiera sido posible ninguna intervención.
5.- Antitaurinos
. Esta cornada llega en un momento muy especial para la
Fiesta de los toros. La creciente campaña antitaurina, apoyada por los
políticos de nuevo cuño que quieren eliminarla del mapa, ha enrarecido
el mundo de los toros.
Los enemigos se han venido arriba y los aficionados y profesionales comienzan a estar más que hartos de este atosigamiento.
En este momento de incertidumbre, con una minoría crecida por sus actos
ilegales de sabotaje de las corridas y el mundo del toro dispuesto a
defender sus derechos, llega esta cornada, que para mayor resonancia le
ocurre a un matador de toros cuya fama trasciende a los ruedos, aunque
todos sabemos que Francisco es torero por encima de todo. El percance
puede influir de forma variada en este momento crucial de la historia
del toreo.
6.-Las cornadas son el tributo que paga el torero
. Puede repercutir de forma positiva. La cornada y el riesgo
vital son el soporte de la grandeza de la Fiesta. Si los lidiadores no
pusieran su vida en juego, la tauromaquia no tendría sentido.
Cuando en el mundo del toro crecía la indignación por los ataques repetidos, este percance puede unir a todos ante una situación que ha llegado a un límite insoportable.
7.- Actitud cínica de los antitaurinos.
La parte negativa es que las cornadas sirven de estímulo a
los enemigos. Se amparan en que el riesgo existe y las críticas
aumentan.
Es una actitud cínica, porque los que
defienden a los animales, en este caso al toro, no defienden ni a otros
animales ni a los mismos seres vivos. No conozco a ningún animalista que
se haya ofrecido a socorrer a los inmigrantes africanos que viven en
malas condiciones en ciudades costeras a las que llegaron en pateras.
8.- Insultos en Twitter.
La cornada a Rivera ha puesto de manifiesto nuevamente que
hay gente con unos instintos muy bajos. La actual prevalencia de la opinión por medio de las redes sociales
le ha dado voz a personas anónimas, que son capaces de alegrarse por la cornada e incluso llegan a lamentar que no haya ocurrido algo más dramático.
Es el colmo de la aberración humana.
Se supone que defienden al toro pero se alegran del mal humano. Esta es
la sociedad actual, en la que el simple concepto de bondad ha
desaparecido. Se puede estar en contra de una actividad, pero que una
persona desee un mal irreversible a quien la practica es una muestra de
la degradación moral que impregna a nuestra sociedad.
9.- Aficionados.
Hay algo que se ha demostrado con meridiana claridad y que
duele reflejarlo. En las mismas redes sociales hay gente que se supone
que son aficionados, que le mandan fuerza al torero para recuperarse,
pero lo hacen diciendo al mismo tiempo que quieren que mejore, 'a pesar
de los pesares'. Hay quien dice que 'no es mi torero preferido, pero le
deseo que mejore'.
¿Cómo se pueden mezclar las cosas en este momento tan delicado en el que un matador de toros lucha para sobrevivir?
Las redes sociales nos han mostrado a miles de críticos taurinos,
incapaces de deslindar su concepto de un torero con el deseo de una
recuperación. Algunos han encontrado eco en estas redes y no son capaces
de callarse a tiempo.
10.- Vuelta a los ruedos.
No tengo ninguna duda sobre la gallardía y la casta de
Francisco. Estoy convencido de que en estos momentos de dolor ya está
soñando con la vuelta a los ruedos.
En realidad, es algo común a todos los toreros cuando caen heridos. Nadie está capacitado para darle consejos a nadie, pero la mejor forma de olvidar es volver a ponerse delante del toro.
Otra cosa es el futuro.
Que nadie intente convencerlo para que lo deje ahora, porque su mente
necesita sentir de nuevo al toro cerca de su anatomía para que su
corazón torero vuelva a sentir el gozo único de la lidia a un animal
bravo. Suerte, buena recuperación y que vuelva este mismo año como mejor
terapia.
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