Faenón del valenciano a un toro de José Luis Cobo que fue a más en su franela; Luque paseó oreja y oreja para acompañar al levantino en hombros
TEXTO: CARMEN TOLEDO
FOTOS: ANDREA ACOSTA
Apertura reluciente de la feria del centenario en la Plaza Belmonte de Quito. Con casi lleno en los tendidos, hicieron el paseillo con el traje goyesco las cuadrillas de Enrique Ponce y Daniel Luque en medio de la expectativa general y los gritos de ¡viva Quito y vivan los toros!. Se guardó un minuto de silencio y se develó una placa en memoria del doctor Santiago Bustamante Luna, quien fuera gran aficionado práctico y presidente de plaza. También se le entregó a Enrique Ponce por sus 25 años de alternativa un cuadro del maestro Oswaldo Viteri. Se lidiaron cuatro toros de Triana, muy bien presentados y bravos. Destacó el tercero, de nombre "Lanudo”, que fue indultado tras una faena magistral del maestro valenciano.
A su primero Enrique Ponce lo saludó por verónicas lentas y bien dibujadas entre los olés del público. El quite por chicuelinas de mano baja y un artístico remate hicieron estallar la emoción en los presentes. Los banderilleros Ignacio Almeida y "El Patatas” dejaron sendos pares de banderillas en todo lo alto. Inició con la muleta con doblones muy toreros y magníficas tandas sobre la derecha y la izquierda, aunque luego el toro se le revolvió por ese pitón. Faena entonada y lucida con adornos pintureros. Vuelta al ruedo.
Su segundo un bello y bien armado astado de la ganadería de José Luis Cobo empujo brava mente al caballo de José Palomares que lo recibió con brazo firme entre la ovación del público y luego lo tumbó sin consecuencias. La faena de muleta se la vivió con gran emoción ante la lección de tauromaquia de Ponce. Fue larga, plena de alardes y de enjundia. Los pases fueron desgranándose lentamente, sobre todo con la mano diestra. El público vibró puesto en pie esta sensacional demostración del poderío y clase del diestro. Luego afloraron los adornos, la poncina, los redondos ayudados por bajo, cuando ya la autoridad había sacado el pañuelo naranja.
Daniel Luque cayó de pie en su debut en Quito. Magnífico con el capote y sensacional labor con la muleta, entendiendo a la perfección al bravo trianero con series lentas y cadenciosas de pases con la mano izquierda, plenas de dominio, clase y valor. Adornos entre la ovación incansable del público. Oreja. Con el último, el más complicado del encierro lo toreó de maravilla con el capote. Gran quite por chicuelinas y el remate. Su faena fue muy pulcra y serena de acuerdo a las condiciones del toro. Lo mejor fueron las dos
tandas de naturales extraordinarias con un toro que se quedó corto. Se adornó con las luquecinas y un desplante. Gran ovación y oreja simbólica.
Los dos salieron en hombros de una afición que vivió a plenitud el espectáculo taurino.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros Belmonte, Quito. Primera de la Feria del Centenario. Corrida de toros. Casi lleno.
Cuatro toros de Triana, el tercero, de nombre "Lanudo”, premiado con el indulto.
Enrique Ponce, vuelta al ruedo y dos orejas y rabo simbólicos.
Daniel Luque, oreja y oreja.
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