domingo, 21 de febrero de 2016

Hermoso de Mendoza corta su cuarto rabo en la Plaza México

Magisterio de Enrique Ponce que estoquea tres toros y da una vuelta al ruedo tras fallar con los aceros

Se lidian toros de Teófilo Gómez y Los Encinos para Hermoso de Mendoza, Enrique Ponce, Fermín Rivera y El Payo

Hermoso de Mendoza corta su cuarto rabo en la Plaza México

APLAUSOS
Hermoso de Mendoza cortó dos orejas y rabo en su segundo, un toro noble de Los Encinos con el que el navarro pudo torear muy despacio y desplegar todo su potencial a caballo. Ajustó mucho en el toreo a dos pistas con Berlín, tanto que en un cambio por los adentros salió trompicado. Faena a más, en la que conectó muy bien con Dalí, que batió a la perfección saliendo de las suertes con piruetas que fueron muy del agrado del público. Excelente el colofón con Pirata, muy metido en terrenos del toro, para dejar un carrusel de cortas y un par a dos manos. Mató a la primera de un rejonazo fulminante.

Abrió plaza un toro de Los Encinos que resultó rajado y bajo de raza. Hermoso de Mendoza tuvo que poner todo de su parte en una labor meritoria. Sobre Disparate llevó cosida la embestida del toro pero la falta de codidicia del animal impidió que la faena tuviera ritmo y continuidad. Sobre Ícaro llegó mucho al toro, clavando al estribo con facilidad. Finalizó con Pirata en las cortas y la suerte del teléfono antes de emborronar su actuación con el rejón de muerte y saludar una ovación.

Enrique Ponce fue aplaudido tras estoquear al segundo, un animal de Teófilo Gómez que si bien tuvo nobleza, le faltó transmisión, recorrido y empuje a su embestida. El valenciano, que se gustó en un buen quite por chicuelinas, trató con suavidad al toro en la media altura, sin apretarle, dentro de una faena que tuvo pasajes sueltos de bella factura sobre la mano derecha pero que careció de emoción. Faena larga del torero de Chiva mal rematada con los aceros.

Serio, alto y despegado del piso fue su segundo, un toro con mejores inicios que finales. Entregado el valenciano desde el principio en los lances a la verónica y los ajustados delantales del quite. El toreo genuflexo con la mano izquierda sirvió de prólogo a una faena en la que el temple del torero de Chiva fue la mejor receta para la descompuesta embestida del toro de Teófilo Gómez. Con la muleta siempre puesta, Ponce logró ligar los muletazos a un toro sin celo ni entrega. Relajada la planta por momentos, obligó y gobernó las embestidas antes de un final con su clásica poncina. Una media estocada defectuosa impidió que tocara pelo.

Fermín Rivera mostró su buen concepto del toreo en el primero de su lote en una labor de largo metraje ante un toro noble y con calidad pero de poca transmisión que le permitió torear con templanza sobre ambos pitones. Firme, sólido, solvente, aplomado, se gustó por momentos el diestro azteca en una faena a más y en la que corrió bien la mano. Mató de una estocada contundente y paseó la primera oreja de la tarde.

El cuarto fue un toro con transmisión, codicia y empuje. El Payo, aquejado de una gastroenteritis, cuajó una faena con altibajos. Más templado de mitad en adelante. Una serie al natural ligada, despaciosa y con la figura desmayada fue superior. Y otros tres, también sobre el pitón izquierdo -el mejor del toro-, notables. Mató de una media estocada que le valió una ovación. No salió a estoquear el sexto.

México D.F. (México), domingo 21 de febrero de 2016. Toros de Teófilo Gómez y Los Encinos (1º, rajado y desrazado; y 5º, bueno). Hermoso de Mendoza, ovación con saludos y dos orejas y rabo; Enrique Ponce, palmas tras aviso, vuelta al ruedo; Fermín Rivera, oreja; El Payo, ovación con saludos en el único que estoqueó. Entrada: 38.000 personas. Se tributó un minuto de aplausos para el matador de toros Jesús Córdoba. Los cuatro actuantes fueron obligados a saludar.

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