sábado, 2 de abril de 2016

Ramón Valencia: «Cada vez es más difícil compaginar economía y carteles rematados»


El empresario afronta su primer año en solitario al frente de la plaza de toros de Sevilla 


Ramón Valencia - JUAN FLORES
L. MUÑOZSevilla
-¿Cómo ha sido su primer año en solitario al frente de Pagés?

-He ganado responsabilidad y he echado de menos a Eduardo.

-Tenía como reto la vuelta de las figuras y lo ha conseguido.

-Sí, el caso de algunas figuras, era el reto de esta empresa y por eso empezamos a trabajar en verano.

-¿Cómo valora el resultado de su primera temporada? 

-Me han felicitado, y eso debe ser positivo. Creo que es una gran feria aunque le dejo a la prensa y a los críticos la puntuación. Se han repetido algunas cosas y me habría gustado abrirla más. Es un año un poco especial, sin decir que hemos sido blandos, sí nos hemos adaptado a las circunstancias.
«Sin ánimo de comparar, en Madrid hay grandes carteles pero no con el mismo remate»
-¿Es la Feria que le gusta como empresario?

-En una medida muy alta sí, pero es una feria muy cara de coste. Pagés es una empresa como todas las del mundo del toro que tiene que buscar un equilibrio entre el espectáculo y la economía. Eso está pendiente de resolver.

-¿Y como aficionado? 

-En general es muy interesante, ha entrado gente joven que me hubiese gustado ver en carteles fuertes. Y quizá echo en falta corridas más toristas, pero esta es una plaza un poco singular, hay dos y el futuro está ahí.

-¿Qué ha sido lo más duro de las negociaciones con el extinto G5?

-No ha habido dureza en ningún momento. Como le gusta a esta empresa, las negociaciones de carteles se han hecho con los apoderados, que para eso están, aunque para resolver los problemas personales hemos hablado con los matadores pensando en olvidar todo lo ocurrido. Tenemos que pensar en el futuro y en ayudar a la Fiesta.
«El mejor taquillero y el mejor vendedor es el éxito que se tenga en la plaza»
-Cada persona lleva dentro un entrenador de fútbol y un empresario taurino. ¿Es fácil gestionar Sevilla?

-Es muy difícil, mucho más de lo que la gente se cree. Sirve la comparativa: cada uno haría su equipo y cada aficionado haría su feria. Pero esta empresa tiene la experiencia y los conocimientos de muchos años, maneja la economía y la equilibra.

-¿Qué diferencias encuentra entre Sevilla y Madrid? 

-Sin quitarle importancia a nada, muchísimas. Cuando mi suegro empezó a hacer la feria en 1959 fue el primero que creó el concepto de cartel rematado y no es fácil hacerlo en plazas con ferias largas. Esa es la impronta de Sevilla; sin ánimo de comparar, en Madrid hay grandes carteles pero no con el mismo remate. Este año Morante viene cinco tardes, como antes hacía Curro. Repetir a las figuras ha sido el sello de esta plaza pero cada vez es más difícil compaginar la economía y los carteles rematados. Hay que hacer una consideración de futuro porque es inviable.

-Ya ha hecho algunos cambios, ¿a qué responden?

-Uno se adapta al público y a las circunstancias. El lunes de resaca o el 15 de agosto eran fechas tradicionales pero iba en detrimento de la plaza abrirla para 800 personas. Unas fechas caen y otras resurgen. Cuando mi suegro cogió la plaza, el Domingo de Resurrección era una fecha más. La matinal de rejones era un cartel de no hay billetes asegurado y en los últimos años no lo ha sido.

Vamos a probar.
«Echo en falta corridas más toristas, pero esta plaza es un poco singular»
-Habrá una novillada menos y se repiten novilleros, ¿qué lo motiva?

-Así es pero hay más corridas. Los novilleros que repiten son sevillanos y creo que merecen esa apuesta debido a que se dan pocas novilladas en el resto de plazas.

-¿Tiene previsto recuperar las novilladas fuera de abono?

-Ya las novilladas de abono son deficitarias por lo que las de fuera de abono aún más. Un abono potente es el que puede aguantar una feria larga pero estamos muy lejos de 2008 cuando había seis mil abonados. Hay que buscar el equilibrio para no caer en el caos económico.

-¿Hay más ambiente con la vuelta de las figuras?

-Hay gran ambiente pero lo que de verdad hace falta es que cada día haya un triunfo, que el público se divierta con el espectáculo. El mejor taquillero y el mejor vendedor es el éxito que se tenga en la plaza.

-¿Se puede mantener la fórmula de las novilladas de promoción?

-Lo hacemos pensando en el aficionado y porque hay que darle cobertura a los chavales. Una becerrada con la plaza llena le cuesta a la empresa casi treinta mil euros. Llenar la plaza a precios bajos no cubre lo que cuesta abrirla que son cuarenta y ocho mil euros. Las de abono nos cuestan entre doce y dieciocho mil euros. Esos son los números y es importante que la gente los conozca.

-Pagés se ha volcado en la promoción de la Fiesta, ¿cree que era el momento de hacerlo? 

-Lo llevamos haciendo desde hace ya varias temporadas pero este año se le está dando más importancia. Lo nuevo han sido las visitas al campo. El esfuerzo comercial y publicitario de la empresa Pagés ha sido muy grande en los últimos años.

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