miércoles, 25 de mayo de 2016

Cayetano, triunfador en el mano a mano con Paquirri en Granada


El menor de los hermanos cortó cuatro orejas y el mayor logró dos en la Feria del Corpus

Cayetano brindó a su hermano Francisco
Cayetano brindó a su hermano Francisco - Afp
EFEGranada

El diestro Cayetano Rivera, que ha cortado cuatro orejas en el mano a mano con su hermano Francisco Rivera "Paquirri", ha salido a hombros en la primera corrida del abono del Corpus de Granada.
Se han lidiado seis toros de Fernando Sampedro de aceptable presentación, pero justos de fuerzas, raza y transmisión. El segundo, violento, noblón el tercero y manejable el sexto.
Francisco Rivera "Paquirri": palmas tras aviso; un oreja y una oreja.
Cayetano Rivera: oreja, dos orejas y oreja.
En cuadrillas, Joselito Rus y Alberto Zayas se desmonteraron en el sexto.
La plaza registró un tercio de entrada en una tarde soleada y de agradable temperatura.
El primer toro de Paquirri no quería pelea por el pitón izquierdo, pero en cercanías consiguió ligar alguna tanda con la derecha, aunque sin llegar a redondear la faena por la falta de transmisión y clase del astado. Ni los recursos de circulares invertidos salvaron la escasez del toro, al que se negó a banderillear.
Sí lo hizo en el tercero, de poder a poder en los dos primeros pares y al violín para cerrar. El toro era noble en exceso, pero sin más. No transmitía nada ni se pudo forzar porque embestía andando debido a su escasez de fuerza. Con ese oponente, Paquirri se sintió a gusto, relajado y toreando casi de salón. Pases del desprecio mirando al tendido y tandas a cámara lenta remataron una labor donde la comodidad del torero estaba acorde con la falta de emoción del toro.
En el quinto tampoco puso banderillas. El toro no tenía ni fuerza ni raza ni nada. Se quedaba debajo sin embestir y, pese a torear en cercanías y entre los pitones, el animal no rompió. Se agradeció la voluntad del torero con unaoreja protestada por algún sector del público.
Cayetano salió a no dejarse ganar la pelea por su hermano y se fue a portagayola, pero el toro solo tuvo la virtud de una movilidad que resultó engañosa, porque topaba más que embestía, descompuso las series y a veces lo hizo con violencia. Pese a la tremenda disposición del torero por ambos pitones, el toro ni humilló ni tuvo clase.
En el cuarto, que brindó a Francisco, destacaron sobre todo un quite de frente por detrás muy en torero y cargando la suerte y una serie rodillas en tierra conhondura y ligazón. Pero el toro iba de más a menos y obligó a Cayetano a rectificar los terrenos en casi todas las series. Argumentó la faena en la segunda raya de picadores y el astado se rajó definitivamente imposibilitando el remate lucido y la culminación de su labor.
El sexto no tuvo mucha clase ni acabó de romper, pero lo sacó a los medios y en el centro del anillo se cruzó y citó de frente con mucha entrega, aunque el animal iba a menos y no pudo redondear la faena.
Había dicho Cayetano: "Quiero que los dos salgamos por la puerta grande, pero yo un poquito más". Y así fue porque resultó el triunfador de la tarde.

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