sábado, 4 de junio de 2016

Leonardo Hernández, nueva Puerta Grande

La confirmante Lea Vicens corta una oreja y Hermoso pincha dos excelentes faenas  
 


ANDRÉS AMORÓSMadrid  

Una hora antes del comienzo del festejo de rejones, Televisión Española retransmite, desde Albacete, la tradicional corrida de Asprona. Es una excelente noticia: espero que tenga la amplísima audiencia que merece, pero, una vez más, hay que repetir que, retransmitiendo solamente una corrida o dos al año, TVE se queda muy corta, en su tratamiento del tema taurino. (No hablo de los grandes profesionales que hacen el excelente «Tendido Cero»). El peso de la Tauromaquia en España –en nuestra economía, nuestra ecología y nuestra cultura– merecen, sin duda, una mayor atención, en la televisión pública. Sería lógico retransmitir algunas corridas desde las Plazas más importantes; también, dar información, en los telediarios, del desarrollo de las principales Ferias. Esto es absolutamente fundamental para que la Fiesta siga enraizada en la cultura popular española: los profesionales y aficionados deben reclamarlo.

En la última corrida de rejones, se pone, por octava vez en la Feria, el cartel de «No hay billetes». Una tarde más, asiste la Infanta Elena, con su hija. Los toros de Bohórquez, nobles, en general; magnífico, el primero. Confirma la alternativa Lea Vicéns, discípula de don Ángel Peralta. Es buena, para la Fiesta, la presencia de una rejoneadora joven, francesa y atractiva. El primero embiste con gran ritmo, le permite lucirse en la lidia, con «Bach», «Bético» y «Jazmín», aunque falle alguna vez al clavar. Queda arriba el rejón de muerte: petición y vuelta. El sexto mansea a tablas: la gente se equivoca, al pedir la devolución. Lea se enfrenta al examen, se luce en los quiebros con «Bazuka» (nombre de rifle o de chicle) y mata de un rejonazo espectacular, que, por contraste con las dificultades anteriores, le permite cortar la oreja. La reacción sentimental del público le lleva a pedir la segunda: conviene no desmesurar las cosas.

Después de una larga estancia en Hispanoamérica, se incorpora a la temporada española Pablo Hermoso de Mendoza. Es una lástima –repito– que no acepte competir, en Madrid, con su gran rival, Diego Ventura. El segundo, «Rumboso», regala nobles embestidas. Levanta olés, con «Berlín», en la «hermosina», manejando la grupa del caballo como una muleta. Sube la emoción con «Beluga» (hijo de «Caviar»), en quiebros espectaculares pero pierde los trofeos, al matar. El cuarto toro le exige más: «Disparate» hace honor a su nombre. Se ajusta mucho con «Donatelli» (un extraño nombre italiano, que parece plural), un nuevo caballo, muy valiente, pero vuelve a pinchar, con «Pirata». Una vez más, ha lucido su maestría, en dos grandes faenas.

Repite Leonardo Hernández, después de su gran triunfo (cuatro orejas), hace dos semanas. En el tercero, más parado, que brinda a la Infanta, emociona al quebrar en corto, con «Despacio», y con las corvetas, en la cara del toro, de «Xarope». Su «Estoque» no falla pero queda contrario y descabella: oreja. En el quinto, que sale con pies, «Despacio» galopa de lado y el albino «Sol» entusiasma, dejándolo llegar muy cerca. Se adorna con desplantes, con «Xarope», Aunque mata a la tercera, la oreja le hace salir de nuevo a hombros y confirmar el gran momento que atraviesa. Es un remate feliz para el último festejo de rejones: en los cuatro programados, un caballero ha abierto la Puerta Grande.

No hay comentarios: