El Mundo
Fusiles en mano. Entre un fuego cruzado. A pecho descubierto. Nada de
trincheras. Una batalla de asalto. Golpe a golpe, bala a bala, El Juli y Roca Rey
se retaron en duelo en un eterno combate de figuras en Pontevedra.
Defendió con honor y a cuchillo su cetro el madrileño e intratable, no
quiso dejarse ganar la pelea el peruano. Y de ese choque de trenes,
ambos terminaron dando una extraordinaria tarde de toreo saliendo en
hombros en la primera de la Feria de la Peregrina. Idéntico balance,
tres orejas cada uno, en una lucha sin cuartel. Y en pie de guerra.
En medio de esa contienda, Morante
desplegó su sentimiento y su torería añeja en un faenón memorable al
cuarto. Pero la espada le había declarado la guerra al sevillano esta
tarde. Esfumándose el premio. Pero ahí quedó eso. Una magnífica obra
para el recuerdo, según informa mundotoro.
Con casi lleno en los tendidos, tres cuartos de entrada largos técnicamente, se lidió una noble corrida de Alcurrucén. Morante de la Puebla, silencio y silencio; El Juli, oreja y dos orejas; Roca Rey, dos orejas y oreja.
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