Se lidiaron toros de Los Espartales, de buen juego en líneas generales ante un lleno en el coso
PABLO LÓPEZ RIOBO
La última de Colombinas tenía lugar en la tarde de este domingo, una corrida de rejones con el hierro de Los Espartales en la que paseaban Andy Cartagena, Diego Ventura y Andrés Romero.
Tuvo la virtud del galope acompasado el primero de la tarde, pero mostró ya desde el inicio que su querencia a tablas iba a marcar la faena. Lo templó de salida Cartagena a lomos de Cuco, para luego torear templadamente a lomos de Sol y Sombra, en un tercio de banderillas donde cosió al animal a la grupa del equino. El de Los Espartales tenía nobleza pero había que sujetarlo. Con Cupido puso la transmisión que a esas alturas de faena le faltaba al toro. Cerró la faena lomos de Pinta con el toro ya muy parado y en tablas. Tras el rejón de muerte certero paseó la primera oreja de la tarde.
Mostró complicaciones ya desde salida el segundo de la tarde, siempre acortando el viaje y arreando cuando podía hacer presa. Dos rejones de castigo le puso Ventura a lomos de Bronce para bajarle los humos al animal. Cuajó una faena de gran importancia a lomos de Nazarí, se jugó el tipo en banderillas de poder a poder ante un animal encastado que no puso las cosas faciles. Toreó a dos pistas con el animal cosido a la grupa, aguantó coladas y supo sobreponerse a la bronca embestida. Las banderillas citando de frente tuvieron el sello del valor y la capacidad de un caballo y un caballero que parecen uno solo. Cerró a lomos de Remate utilizando las cortas. Tras un rejón arriba y un golpe de descabello paseó una oreja.
Romero salió con el cuchillo entre los dientes en el tercero de la tarde, ya se había abierto el contador de las orejas y el onubense no quería quedarse atrás. Tuvo en suerte un animal escaso de raza y con poca voluntad de ir tras las cabalgaduras. Le colocó dos rejones de castigo a lomos de Carbón, para luego cuajar una faena llena de entrega y buenos pasajes a lomos tanto de Kabul como de Guajiro. Cerró la misma con las cortas, pero los dos pinchazos y el descabello dejaron su actuación en una aplaudida vuelta al ruedo.
Le cortó una oreja Cartagena a un noble y colaborador toro de Los Espartales. Templó de salida al animal a lomos de Mediterráneo. Toreo con despaciosidad, pero quizás faltó mayor apuesta en una faena que iba por el camino del aprobado raspado. Pero todo cambió cuando sacó a Humano, pasó de la templanza a la pirotecnia -tan tipica de su tierra-, las banderillas al violin pusieron al respetable de su lado, eso unido a las cortas y un rejón certero pusieron en su mano la oreja que le abria la puerta grande.
Poco enemigo tuvo Ventura en el quinto de la tarde, un toro al que no le ayudó nada un costalazo previo a la actuación con las banderillas. Ventura apostó por Sueño, pero la escasa movilidad del animal no hicieron que viéramos su mejor versión, aun así el toreo a dos pistas y las banderillas de frente si tuvieron importancia. El animal muy reservón siempre esperaba para ganar la acción, lo que hacía prácticamente imposible un ceñimiento total entre toro y caballo. A lomos de Roneo hubo mayor acople, un caballo que disfruta de las cercanías, con un valor enorme, con el cual dejó tres banderillas importantes. Cerró a lomos de Remate, tras las cortas y un rejonazo que dejó al toro sin puntilla le fueron concedidas las dos orejas.
El sexto de la tarde resultó ser un toro con movilidad de salida pero que fue parandose a medida que la casta se fue diluyendo. Toreó con suviciencia de salida a lomos de Perseo para luego con Guajiro dejar los mejores pasajes de la faena. Citó siempre de frente, dandole las ventajas al toro, muy enfibrado el torero onubense. A lomos de Odiel y Chamán terminó de redondear una faena rematada con un rejón arriba sin soltar, el toro cayó sin puntilla y le fueron concedidas las dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Última de la Feria de Colombinas. Corrida de rejones.
Seis toros de Los Espartales.
Andy Cartagena, oreja y oreja.
Diego Ventura, oreja y dos orejas.
Andrés Romero, vuelta y dos orejas.
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