lunes, 7 de noviembre de 2016

Reaparición triunfal de Roca Rey en su Lima natal


El diestro peruano cortó dos orejas y salió a hombros de la plaza de Acho

Andrés Roca Rey es llevado a hombros en la plaza de Acho, en Lima (Perú)
Andrés Roca Rey es llevado a hombros en la plaza de Acho, en Lima (Perú) - Efe
 
Efe - abc_es Lima

Andrés Roca Rey cortó dos orejas y salió a hombros de la plaza de Acho, en su Lima natal, y Julián López, El Juli, cortó una oreja en la primera corrida de toros de la Feria del Señor de los Milagros, que este año es conmemorativa de los 250 años de la plaza, y que fue un mano a mano entre ambos diestros.
Con un lleno en los tendidos, Roca Rey triunfó al cortar dos orejas del toro corrido en cuarto lugar, un colorado, ojiblanco y cuajado, al que toreó de capote con acierto, brillando en el quite en que combinó verónicas, chicuelinas y tafalleras, rematadas con una larga. Tras un buen segundo tercio, el torero limeño encendió los tendidos con su inicio de faena con pases cambiados por la espalda para luego aprovechar la nobleza y codicia del toro, lidiándolo por tanto por derecha como por izquierda. Con cuatro circulares puso al público de pie, para terminar su labor con ceñidas bernardinas. Entró a matar en recto dejando una estocada caída, recibiendo las dos orejas pedidas con insistencia.

Estuvo por encima del segundo de la tarde, un colorado, chorreado en verdugo, noble, suave y justo de fuerzas que casi no fue picado. Lo mas destacado fue el quite con el capote a la espalda. El toro era bueno pero carecía de transmisión. Mató de una estocada y varios descabellos. El peruano porfió con el que cerró plaza, el peor del encierro, sin que su trasteo prospere.

El Juli cortó una oreja de peso al quinto, el mejor toro del encierro que tuvo un pitón derecho extraordinario. Faena larga y completa por naturales y derechazos, destacando los muletazos largos y templados hasta atrás de la cadera, bajándole la mano, por ambos pitones. Faena importante de dos orejas que quedó en una sola por pinchar en el primer intento.

El Juli estuvo por encima del primero de la tarde, al que lidió por ambos pitones aprovechando la clase que tenía el astado, cuyo defecto fue la poca transmisión. Lo toreó con naturales derechazos, circulares y hasta de rodillas. Mató de un pinchazo y estocada y perdió al menos una oreja. El tercero fue deslucido y poco pudo hacer con la muleta.

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