viernes, 20 de enero de 2017

Francisco March: “La victoria moral en Cataluña nos la ha dado la ley: la real depende de estos días”

Sobre cómo vivieron la llegada del fallo del TC en octubre, cómo están sintiendo la actualidad ante el silencio tanto de la empresa como de la propiedad y cuál es la esperanza futura habla Paco March

Francisco March: “La victoria moral en Cataluña nos la ha dado la ley: la real depende de estos días”
JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
El toreo es y debe ser Barcelona este 2017. Por ella pasa no sólo la jurisprudencia que puede blindar la Fiesta para las próximas décadas en el Estado español, sino la seguridad de que los millones de aficionados a los toros no sean nunca más un juego político porque sortearse esta pasión en los cargos públicos puede tener consecuencias legales muy serias. Ocurrió esta semana en Xirivella o Godella, las dos localidades valencianas que, antes incluso que Barcelona, han blindado sus fiestas taurinas gracias al fallo del TC. Hoy hablamos con Francisco March, periodista y presidente de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña. Sobre cómo vivieron la llegada del fallo en el mes de octubre, cómo están sintiendo la actualidad ante el silencio tanto de la empresa como de la propiedad y cuál es la esperanza futura que pasa por su mente charla con CULTORO en la siguiente entrevista. 
 
Comenzando por lo más reciente, mi pregunta me lleva a ese seguimiento constante en la actividad taurómaca de la afición catalana: ¿qué ritmo lleva el ciclo de conferencias de la Federación de Entidades taurinas de Cataluña que comenzó el pasado viernes?

El círculo de conferencias de la Federación de Entidades taurinas de Cataluña es una tradición de hace muchos años. Todo empezó con el presidente Palomares, continuó con Gibert y ahora hemos tomado el testigo nosotros. Son cinco viernes entre enero y febrero, y en ellas intentamos mantener el pulso taurino. El periodista de La Vanguardia Joaquín Luna fue el encargado de llevar a cabo la primera: no sólo se trata de un personaje prestigioso dentro del periodismo, sino además un gran aficionado a los toros. Es declarado aficionado, algo que tiene doble valor estando en Cataluña. Para continuar, este viernes hay un homenaje a los toreros catalanes César Pérez y Manolo Porcel, que cumplen 25 años de alternativa, y continuaremos hasta el 10 de febrero. Son unas jornadas en las que está habiendo llenos absolutos, como siempre que se anuncia una actividad cultural taurina en Cataluña. No sólo estamos vivos, sino más vivos y expectantes que nunca.

¿Qué pasa por tu alma de aficionado en estos meses? No ha sido nada fácil esa eterna espera de más de un lustro para la afición, y mucho menos para vosotros que estáis afincados allí: ¿cómo habéis vivido el antes, cómo estáis experimentando el durante y qué le pedís al después?

Hubo un punto de inflexión que fue la celebración el 20 de noviembre del fallo del TC, en la que se congregaron trescientas personas y casi otras tantas hubieran podido ir si la capacidad del local hubiese sido mayor. Fue una forma de decir que aquí estamos. Agradecimos enormemente la presencia de las personas que estuvieron y también tomamos nota de los que no vinieron y no abrieron la boca, y entre ellos el gran silencio fue el de la Casa Balañá, propietaria del coso. Tiene en su mano la llave para intentar dar corridas. Estamos viviendo todo esto entre la esperanza y cada vez un más acusado pesimismo en el sentido de que no hay una voz autorizada para intentar, desde nuestro lado, dar toros. 

Lo que venga del otro lado ya no es cosa nuestra. En algún momento había que dar el paso. Esa prudencia llegará un momento en el que demandará, y será en las próximas semanas, una respuesta clara de saber que el propietario del negocio lo quiere abrir. Un propietario del negocio del que sorprendentemente nunca se sabe nada ni se fotografía con nadie y que sí lo hizo con la Academia del cine de Cataluña el viernes pasado por la distinción hacia su carrera también en la actividad distribuidora cinematográfica en la ciudad. En esa parte sí recibe un premio, pero por los toros ni se sabe ni contesta. 

Y todo se agrava mucho más si Ada Colau, con todo lo que representa contra el toreo, se hace una foto y charla amablemente con él…

Exactamente. La propia Academia del Cine de Cataluña necesita el apoyo de Colau, pero no podemos vernos discriminados de esta forma los taurinos. No deja de ser sorprendente no sólo esa foto sino que muchos de los miembros de la Academia del Cine son destacados participantes de la causa antitaurina a través de la plataforma Prou y haciendo declaraciones insultantes contra los aficionados. Con esa gente se fotografía sin problemas don Pedro Balañá pero no habla con los taurinos. Por cierto, desde la semana pasada tiene en su correo una petición de entrevista con esta Federación: han pasado unos días y aún no hay respuestas. 

El gran problema al que ahora se enfrenta la reapertura de la Monumental no es la Generalitat, sino el Ayuntamiento, encargado de otorgar los permisos para dar festejos, ¿cuál es el procedimiento habitual para llevar a cabo este paso administrativo?

El procedimiento habitual es, antes del comienzo de temporada y de que se reanude la actividad, solicitar los permisos. En esta ocasión, si llega el momento, pueden pasar dos cosas: que no haya ningún impedimento por parte del Ayuntamiento, que es silencio administrativo, o que hubiera trabas de cualquier tipo: desde instalaciones, que están impecables, a otro tipo de normativas, como la célebre declaración de ciudad contraria a las corridas de toros. ¿Capacidad legal de eso para pisar otra orden superior como es la del Constitucional? No habría, pero sí trabas de orden administrativo que podrían poner en peligro que se dieran una, cinco o diez corridas de toros. 

Eso sería por parte del Ayuntamiento. Por parte de la Generalitat sería incurrir en la desobediencia a una ley de rango nacional como de hecho también están haciendo con otro tipo de leyes que afectan a la Comunidad Autónoma catalana. Esa desobediencia también contamos con que llegará, y los recursos legales tanto por parte de los programadores de la temporada como por la propia Generalitat.

En esta ocasión las tornas han cambiado: lo que antes estaba en su mano, ahora tiene la ley de nuestra parte y serían ellos los que interpondrían recursos hacia una programación que tiene el amparo de la ley.

¿Qué grado de acción está teniendo la Fundación Toro de Lidia en todo este proceso?

La FTL asistió a esa celebración del 20 de noviembre, pero tampoco puede actuar mucho más porque aún no hay ninguna acción ante la que reaccionar, puesto que nadie aún ha movido ficha. En cuanto haya que hacer algo, mostrará su apoyo, tiene voluntad en tirar hacia adelante en cualquier tipo de acción. En un caso tan decisivo como el de Barcelona, sé que contaremos con su apoyo. No estamos jugando sólo con la posibilidad de que vuelvan los toros a la Monumental, sino con la realidad de que nunca más se atrevan con los toros en el resto del Estado español. Aun así parece que algunos no terminan de mojarse. 

La próxima gran noticia, según este proceso, no debería tardar más de un mes. No sé si por parte de la empresa que gestiona los festejos en la Monumental, Funciones Taurinas, o de la propiedad, la Casa Balañá. 

Yo estoy convencido de que ese día llegará en las próximas semanas. Los tiempos marcan máximo un mes para que llegue esa noticia por todos esperada. Lo otro sería traicionarnos a nosotros mismos.

Entre tanto, esa paciencia de la que antes hablaba la mantendremos sin que ello suponga una acción clara por nuestra parte. Ya tenemos la entrevista solicitada con la propiedad de la plaza de la que aún no tenemos respuesta (posiblemente no la tengamos), pero bienvenido sea si ese silencio se acaba con la llegada de la programación taurina en la ciudad. Y que luego no sea lo que Dios quiera, sino lo que entre todos seamos capaces de hacer. 

¿Qué otras plazas de Cataluña podrían acoger festejos taurinos?

Si estamos hablando de esperanza e ilusión para Barcelona, lo otro se antoja una utopía. Hay dos plazas en las que se podrían dar toros: una sería la plaza de toros de Olot, aunque hay un litigio que escapa estrictamente de lo taurino con el Ayuntamiento, y otra Tarragona, que se convirtió en plaza multiusos destinada sobre todo a exhibiciones castelleras de la que se quitaron las dependencias estrictamente taurinas como los corrales y la enfermería. Además depende de la Diputación de Tarragona, por lo que tendríamos muchísimas más dificultades. 

Ojalá y la Monumental pudiera tirar del carro, que sirviera de ejemplo y de valla para lo que se pudiera intentar en otras plazas. Ojalá esa noticia de las próximas semanas llegue cuanto antes. La victoria moral en Cataluña nos la ha dado la ley: la real depende de estos días. Con una vez que se abra la Monumental quedaríamos satisfechos en el aspecto de ver cómo la libertad vuelve sobre el ruedo de Barcelona, y que don Pedro Balañá con más de noventa años vuelva a ver esa ilusión hecha realidad. Todos debemos ser capaces de dejarnos la piel en ello. La afición catalana lo está haciendo y los representantes taurinos y profesionales, como ya han dado prueba de nivel nacional. Nos va la vida en ello. 

Una esperanza firme… que seguiremos esperando. 

Esto va más allá de que nos dejen o no volver a dar toros: es una cuestión de libertad. Estoy seguro de que en las cinco o diez corridas de toros, la afición catalana colmaría los tendidos de la Monumental.

Bienvenida sea también la afición del resto de España y Francia, igual que a mí me encantaría estar en Bogotá estos días para testimoniar aquella batalla que allí sí han ganado. La afición catalana está deseosa de volver al lugar donde le arrebataron sus emociones. Será una batalla por la libertad ganada, y vamos a ganar la guerra por la libertad hoy amenazada no sólo en Cataluña sino en más sitios. Estamos hablando de las convicciones de una parte de la población, una minoría, pero una minoría cultural en Cataluña que goza de todas las ventajas legales del Estado español. Y que yo sepa, Cataluña todavía no se ha desconectado de España.

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