martes, 24 de enero de 2017

«Jornada histórica en Bogotá», por Andrés Amorós

La vuelta de los toros a la Santamaría fue triunfal, pese al ataque de los violentos 


Roca Rey da la vuelta al ruedo con los dos trofeos que cortó al toro «Libertad», con los tendidos repletos
Roca Rey da la vuelta al ruedo con los dos trofeos que cortó al toro «Libertad», con los tendidos repletos 
 
ANDRÉS AMORÓS Madrid

La vuelta de los toros a la plaza Santamaría de Bogotá ha sido una jornada triunfal, histórica.

Las fiestas taurinas forman parte de la tradición cultural colombiana desde 1543. Después de México, Colombia es la nación hispanoamericana que ha dado más y mejores toreros: nada menos que 172 registra «Mundotoro», entre los que destaca César Rincón, motivo de orgullo de aquel pueblo. (Cuando España fue invitada principal de la Feria del Libro de Bogotá, en el pabellón español, Belisario Betancur me preguntaba por el «Cossío» y por cómo valorábamos los españoles al maestro Rincón).
Gabriel García Márquez asistió con placer a muchas corridas, le brindaron toros Chamaco, Joselito, Rincón y Joselito Adame.

La violencia de los antitaurinos, alentada por sectores de la política y la prensa radical, no hace sino mostrar su verdadera cara y subrayar el mérito de los profesionales y aficionados colombianos. (En un país tan castigado por la guerrilla, resulta chocante que se desate ahora la furia por una corrida de toros). Merecen especial aplauso los novilleros que hicieron una huelga de hambre -a los que ha brindado un toro Roca Rey- y el empresario Felipe Negret, que ha soportado toda clase de presiones. ¿Será capaz de seguir su ejemplo el de Barcelona?...

La Feria, que consta de cinco festejos más, se llama «de la Libertad». En la lona que cubría la arena se leían tres palabras: «Libertad, respeto y derecho». El primer toro se llamaba «Libertad»; el último, «Esperanza». A eso nos agarramos, frente a los violentos.

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