El Gobierno balear ha pedido a este municipio mallorquín que acredite documentalmente la antigüedad de su tradicional encierro, tras las denuncias y quejas formuladas por entidades animalistas
JOSEP MARIA AGUILÓ Palma De Mallorca
El alcalde del municipio mallorquín de Fornalutx, el popular Antoni Aguiló, ha anunciado este miércoles que ve muy difícil que este año pueda celebrarse el tradicional «correbou» («encierro») que cada mes de septiembre tiene lugar en la localidad. Aguiló ha explicado que la Consejería de Medio Ambiente y Agricultura del Gobierno balear pidió la pasada semana al consistorio que, en un plazo máximo de 30 días, acredite documentalmente que este festejo se viene celebrando de manera ininterrumpida desde hace como mínimo un siglo. Sin esa condición, el Govern no autorizará el encierro. Por su parte, el alcalde ve casi imposible poder demostrar esa antigüedad en el plazo concedido.
La Consejería de Medio Ambiente y Agricultura, que dirige el econacionalista de MÉS Vicenç Vidal, hizo la citada petición al consistorio de Fornalutx en respuesta a las denuncias judiciales y a las reclamaciones administrativas presentadas a lo largo de la presente legislatura por diversas entidades animalistas contra el citado «correbou». Según la normativa actualmente vigente en esta materia, que es la Ley de Bienestar Animal que aprobó el PP en 1992, los encierros tienen que ser centenarios para poder seguir manteniéndose.
Paradójicamente, la proposición de ley de «regulación de las corridas de toros en Baleares», presentada la pasada semana por el actual tripartito, podría permitir la celebración de dicho «correbou». Sin embargo, no se prevé que esta futura norma pueda ser aprobada antes de septiembre.
En cualquier caso, la propuesta presentada de manera conjunta por el PSOE, la coalición econacionalista MÉS —tanto de Mallorca como de Menorca— y Podemos, si bien no prohíbe expresamente los festejos taurinos, es extremadamente restrictica por lo que se refiere a su celebración. El Comité Taurino de Baleares ya ha anunciado que cuando esta nueva ley sea aprobada por el Parlamento regional, la recurrirá ante la Justicia.
La mencionada proposición de ley indica que podrá haber festejos en las plazas de la Comunidad siempre y cuando no se hiera o se mate al toro. En ese sentido, únicamente se podrán utilizar capotes y muletas, pero en ningún caso objeto punzante alguno, como por ejemplo banderillas o estoques. Además, no se podrán hacer servir caballos en los cosos y estará prohibida la entrada a los menores de 18 años, así como la venta de alcohol.
Otra condición es que sólo se podrán torear un máximo de tres reses por festejo y por un periodo de tiempo no superior a los diez minutos. La futura ley también establece que las plazas deberán ser completamente accesibles para las personas con movilidad reducida. Por otra parte, los empresarios y promotores deberán abonar fianzas previas por un importe global mínimo de 300.000 euros.
Las licencias para la realización de cada festejo concreto serán concedidas por los respectivos consejos insulares. Otro requisito fijado por la nueva ley es que se hará «un control antidopaje» de los toros y de los diestros «antes y después del espectáculo». Tras una revisión veterinaria, las reses serán devueltas a la ganadería que las suministró. Por otra parte, dentro y fuera de cada plaza de toros se instalará un cartel que advierta de que «el espectáculo puede herir la sensibilidad de los espectadores».
Las duras condiciones fijadas en esta proposición de ley pueden hacer inviables, en la práctica, la celebración de festejos en Baleares. En principio, la futura ley taurina no se aprobará hasta finales de este año, lo que permitirá que este próximo verano aún pueda haber corridas de toros en la Comunidad. En cuanto al «correbou» de Fornalutx, como se ha señalado ya, podrá seguir celebrándose, aunque con algunas limitaciones añadidas para que el animal no sufra.
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