Ovación de gala a Don Juan Carlos en un festejo que comenzó con el percance del subalterno Manuel Muñoz

El Rey Juan Carlos y su hija la infanta Elena asisten al quinto festejo de la Feria de San Isidro la Plaza de las Ventas en Madrid - EFE
R. Pérez Madrid
Empresarios y marqueses, presidentes y alcaldes, dramaturgos y escritores aguardaban la llega de Don Juan Carlos, el Rey de los toros. Pero era la afición, la sombra y el sol, la que se arremolinaba a las puertas del Patio del Desolladero, donde aparcó el coche de Su Majestad. Un auténtico baño de masas se pegó el Rey emérito, entre «¡Vivas!» y aplausos. Minutos antes habían llegadosu hija, la Infanta Elena, y su nieta, Victoria Federica, que ha heredado la afición taurina. Los flashes resplandecían y se improvisaban los selfies con los miembros de la Familia Real al fondo. Una locura mientras Don Juan Carlos era cumplimentado por los empresarios de Las Ventas, Simón Casas y Rafael García Garrido, y el director gerente del Centro de Asuntos Taurino, Manuel Ángel Fernández.

Muchas caras conocidas, como Ana Obregón, de grana y muy sonriente, o gente de la Cultura, como Sánchez Dragó y Albert Boadella: «No quería perderme la jornada», dijo a ABC en el callejón antes de ocupar un burladero y mientras saludaba a José María Álvarez del Manzano y la marquesa de la Vega de Anzo. En el burladero de «Reservado» de la Comunidad, Cristina Cifuentes, defensora siempre de la Tauromaquia y con un chaqueta rojo pasión.

El primer brindis de la tarde sería de Curro Díaz para el Rey por su apoyo incondicional a la Fiesta: «¡Va por usted y por España!».
No hay comentarios:
Publicar un comentario