jueves, 6 de julio de 2017

Feliz chupinazo a caballo en San Fermín


Leonardo Hernández y Roberto Armendáriz salen a hombros con una noble corrida del Capea 

Armendáriz, que cortó cuatro orejas, se adorna con la suerte del teléfono 
 
Armendáriz, que cortó cuatro orejas, se adorna con la suerte del teléfono - Efe

ANDRÉS AMORÓS 

A las doce del mediodía, en la Plaza del Ayuntamiento, ha estallado el chupinazo: un cohete de más de un metro provoca un estruendo como el despegue de un avión a reacción. (El alcalde, de Bildu, se sale con la suya al colocar en el balcón la ikurriña). Miles de personas, apiñadas, se han puesto a saltar, a cantar, a bailar: ha comenzado una Fiesta que durará más de doscientas horas seguidas.

El éxito de la Feria del Toro es espectacular, los llenos están asegurados. En nueve días, entre mañana y tarde, van a pasar por la Plaza 360.000 espectadores (es el mayor acontecimiento de masas de la Comunidad). Los precios de las entradas están congelados desde el 2008. El presupuesto es de 3’6 millones de euros. Los beneficios revertirán en la Casa de Misericordia, propietaria de la Plaza, que acoge a 580 residentes de avanzada edad.

El día del chupinazo se celebra el festejo de rejones, con la Plaza llena. Los murubes del Capea, muy nobles, favorecen el triunfo de los tres caballeros.

Pablo Hermoso de Mendoza torea en su casa. Hace un año, cortó, aquí, cuatro orejas. En el primero, noble, que se para, hace una faena pulcra y elegante, destacando los templados «muletazos» con «Brindis» pero falla al matar. En el cuarto, se luce «Disparate», en la «hermosina», y «Donatelli», en las piruetas, pero pincha.

En el segundo, Leonardo Hernández arriesga con el albino «Sol», levantan ovaciones las cabriolas con «Xarope» pero pincha una vez: oreja. En el quinto, menos codicioso, logra el par a dos manos, corvetas y un rejonazo; nueva oreja. Ha tenido una actuación vibrante y certera.

Para el navarro Roberto Armendáriz, ésta es, año tras otro, la tarde más importante de su temporada. Con el caballo «El Capea», rejonea al toro del Capea: ¡qué redundancia! Con «Ranchero», quiebra en corto. Una labor entusiasta, jaleada por los paisanos: dos benévolas orejas.

Vuelve a lucirse en el sexto, con «Farruco», y acierta, al matar, con «Cristal»: otras dos orejas. Un paso muy importante, en su carrera.

El chupinazo ha traído fortuna: salen a hombros Leonardo y Armendáriz; como otras veces, pierde el triunfo, al matar, Hermoso. El primer encierro y la primera corrida a pie nos esperan este viernes, en el día grande del Santo.

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