miércoles, 5 de julio de 2017

Pamplona despierta por San Fermín: "El encierro y la corrida son actos indisolubles"

Los beneficios generados por la Feria del Toro son destinados, en su integridad, al mantenimiento de la Residencia de Mayores de Pamplona REUTERS

MARIA VALLEJO

Una novillada de El Parralejo dará comienzo a los 9 días en los que el toro bravo universaliza la ciudad de Pamplona, donde, según afirma el presidente de la Casa de Misericordia, José María Marco, nada tendría sentido sin la corrida de toros.

La Feria del Toro 2017 representa la apuesta de la empresa por los toreros más jóvenes, ante la ya clásica ausencia de figuras.

A partir de mañana, la curiosa ciudad de Pamplona, de calmada idiosincrasia durante el año y bullicioso talante nueve días por estío, verá como una marea de pañuelos rojos venidos de todas partes del mundo inundan, vivarachos, las calles de su Casco Antiguo hasta el 14 de julio. Cuando el pobre de mí la devuelva a su singular letargo para el resto del año.

No sin antes conmemorar la festividad de San Fermín con un estallido taurómaco, que durante esos días convierte la ciudad pamplonica en una embajada mundial del divertimento, donde todo gira en torno al toro bravo. Desde el Correr los toros del celebérrimo sanferminero Ernest Hemingway, hasta que el tiro de mulillas arrastra al sexto, cae la noche en la ciudad de San Fermín y la obscuridad de la madrugada da paso al encierrillo.

Así lo entiende José María Marco, presidente de la Casa de Misericordia de Pamplona: "El acto del encierro y el de la corrida de toros están indisolublemente unidos. La esencia de San Fermín es que por la mañana se corre la corrida que se lidiará en la plaza por la tarde. Por ello, eliminar uno de esos elementos produciría un desequilibrio brutal", dice a EL MUNDO. Antes de continuar hablando sobre el elemento central de la festividad. El toro de Pamplona. "Todos saben lo que es. Es un toro muy serio y con más trapío que el de otras plazas. Aunque esa exigencia siempre está en atención a las hechuras propias de cada procedencia", afirma.

Fiel a la exigencia clásica de que, para pisar albero pamplonés, toros y toreros han de hablar en los ruedos, la Casa de Misericordia ha elaborado una Feria que, en líneas generales, buscaba "introducir un elemento de atracción en todos los carteles". Búsqueda que se ha traducido en una fuerte puja por la caballería más bisoña del toreo. Nombres como los de Gonzalo Caballero, Javier Jiménez, Román, José Garrido, Ginés Marín, Rubén Pinar o Roca Rey -que hará doblete, convertido en "base de la Feria"- representan un importante porcentaje de las combinaciones.
Aunque este hecho también ha venido provocado por el absentismo sanferminero de los primeros espadas del escalafón: "A la falta de figuras, como las ya clásicas, se ha sumado la de 'El Juli', que prefirió no anunciarse este año en San Fermín. Eso nos ha hecho tirar de imaginación y apostar por los jóvenes, porque creemos que también tienen mucho que decir".

Otras de las apuestas de La Casa de Misericordia son, dice su presidente "el debut total de Cayetano" -que cuenta por cero las ocasiones en las que ha hecho el paseíllo en Pamplona-, "el extraordinario momento que atraviesa Antonio Ferrera", "las actuaciones de Curro Díaz y Paco Ureña", "el cartel de banderilleros compuesto por Padilla, 'El Fandi' y Escribano", "el cierre de la Feria con dos clásicos de San Fermín como son Rafaelillo y Javier Castaño" o "la presencia de Pepe Moral, tras la importante actuación que firmó la pasada Feria de Abril con los toros de Miura". Un gesto digno de reconocimiento por parte de la empresa que, dice José María Marco, "aunque nunca caben todos los que deberían estar, la Casa de Misericordia ha querido acordarse de este torero". Que, por qué no decirlo, ha visto sus dos orejas maestrantes traducirse, por todo rédito, en su cita con San Fermín. Sin una sola sustitución por placebo.

Como tampoco está de más recordar que, como cada año, "los beneficios de la Feria del Toro serán destinados en su integridad a la subsistencia de la Residencia de Mayores de Pamplona, que da hogar a 555 ancianos y emplea a 300 personas". Y sobrevive gracias esos 9 días al año en los que las calles de Pamplona huelen a toro bravo, ya que "la labor asistencial stricto sensu es deficitaria, porque a la hora de aceptar ingresos se prima a las personas con menos recursos, y se palía con los beneficios de San Fermín", concluye José María Marco.

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