lunes, 3 de julio de 2017

Ramón Valencia: "Sólo hemos logrado sumar 129 nuevos abonados este año"

Balance del abono sevillano


El gerente de la plaza de la Real Maestranza ha hecho balance de la presente temporada a falta de tres festejos para agotar el abono. Y cuando resumen la situación no puede ser más claro: después de 2 años de mejorar la oferta, tan sólo se han conseguido 129 clientes, una cifra insignificante para una plaza con 10.700 localidades que llegó a tener en sus mejores tiempos hasta 6.500 abonados. Todos los esfuerzos de la empresa se topan con una realidad: ya no se sabe a qué estímulos hay que acudir para que esos números cambien. Como dice el propio empresario, una situación bastante desconcertante. 
 
Álvaro R. del Moral.
Las cuentas siguen sin salir en los despachos de la empresa Pagés. El abono, la llave de cualquier ampliación de la oferta taurina de la plaza de la Maestranza, sigue resistiéndose a un incremento que, entre las temporadas de 2016 y 2017 sólo ha supuesto la captación de 129 nuevos clientes. En año pasado, tal y como reconoció el propio Ramón Valencia, fueron poco más de 160. Son cifras irrelevantes si consideramos el porcentaje de abonados –6.500 en una plaza de 10.700 asientos– con el que llegó a contar el coso sevillano en 2009, año en el que comenzó un desplome indisimulado que, eso sí, se ha conseguido detener en los últimos años aunque sin rebasar las 2.500 localidades.

Pero los planes de la empresa Pagés, lógicamente, eran mucho más ambiciosos. La reconciliación con las figuras ausentes en las temporadas 2014 y 2015 no implicó el rebote esperado. Esas y otras cuestiones centraron la rueda de prensa convocada ayer para presentar los carteles del tradicional ciclo de promoción que ocupará las noches de los jueves del mes de julio. Pero el encuentro con la empresa especializada se convirtió nuevamente en un alto en el camino para analizar el estado de la plaza cuando sólo quedan una novillada picada y las dos corridas de la feria de San Miguel para dar cierre el abono. 

Valencia se refirió a la Feria de Abril con sentimientos encontrados: “Poner en pie esos carteles nos ha costado lo suyo pero estamos satisfechos”, señaló el empresario apostillando que se ha tratado de “una feria rematada y cara”. En ese sentido, añadió el gerente de la empresa Pagés, “pensábamos que con esos carteles tan rematados iba a crecer el número de abonados pero no ha sido así”. Valencia abundó en esa idea al precisar que, a pesar de los cuatro días que se agotaron las entradas en las taquillas, “el público no cumplió en otras fechas con carteles muy interesantes”.

 “Llevamos tres años así”, confesó Ramón Valencia con cierta impaciencia. “Tenemos la obligación de rematar mucho los carteles pero la ciudad y el aficionado debe responder ante carteles como los que se han hecho este año”, añadió el yerno del recordado Diodoro Canorea antes de desechar cualquier reducción del actual esquema de la Feria de Abril.

En esa línea, recordó Valencia, la reducción de la oferta en base a carteles rematados “llevaría a pérdidas”. El empresario calificó esa circunstancia de “auténtico contrasentido”, recalcando que “si reduces carteles y todos los rematas mucho aquí no hay quien salga vivo económicamente hablando”.

Ramón Valencia remachó la idea de un abono potente como único sostén de la temporada maestrante. “Eso permitiría ser generoso en la confección de carteles”, añadió el gerente de Pagés abogando porque “un cartel tape a otro y se pueda defender la temporada”. “Es lo que antiguamente se tenía”, apostilló Valencia.

Pero Ramón Valencia también se refirió a algunas innovaciones de la presente temporada que aún no han logrado aumentar el taquillaje pero sí han mejorado la comodidad del público. Se trata del traslado de las novilladas picadas del mes de junio a las noches de los jueves siguiendo la estela de los festejos de promoción. “Aún es pronto para valorar esta medida pero el que está viniendo lo está agradeciendo”, finalizó Valencia. Toca adaptarse a los tiempos.

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