Plaza de toros de Calasparra / MUNDOTORO
GUILLERMO LORENTE > Calasparra
Tres nombres fueron protagonistas en la quinta de la Feria del Arroz de Calasparra. Exhibió su temple Pablo Aguado y su concepto Alfonso Cadaval, que pinchó a ‘Clavelito’, un gran novillo de Ana Romero de vuelta al ruedo. El encierro bien presentado, fue manejable con distintos matices, salvo el sexto, que fue deslucido. Leo Valadez no tuvo opción. El subalterno Ramón Moya fue cogido al poner banderillas y sufrió un varetazo en la zona perianal y un pisoton en la tibia izquierda al salir del tercer par en el tercero.
El tercero fue un novillo de preciosas hechuras y de gran condición, que embistió con profundidad y gran clase. Cadaval brilló y destacó toreando sobre la mano derecha en un conjunto irregular. Su fallo con la espada le hizo perder premio. Saludó una ovación y el astado, de nombre Clavelito, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El sexto fue un ejemplar muy deslucido, sin clase, que embistió descompuesto. No tuvo opción con él Cadaval, que tuvo silencio.
El cuarto fue otro novillo que tuvo mucha bondad y calidad en la embestida, aunque estuvo justo de fuerza, motivo por el que le faltó un poco de chispa. La virtud de la faena de Aguado fue la templanza, que lo hizo todo muy a favor del novillo en un trasteo que no terminó de tomar vuelo por esa justeza de fuerza de su oponente. Ovación.El primer novillo tuvo poca fuerza pero mucha calidad por el pitón derecho, lado por donde fraguó los momentos más brillantes en varias series bien ligadas Pablo Aguado. No tuvo la misma condición por el pitón izquierdo el animal porque le costó humillar y desplazarse. Buena labor de Aguado, que pudo cortar una oreja, pero el dificiente uso del estoque hizo que se esfumara.
El segundo tuvo buena condición y movilidad. El subalterno Ramón Moya fue cogido al poner banderillas y sufrió un varetazo en la zona perianal y un pisoton en la tibia izquierda, por lo que fue trasladado al Hospital para un estudio radiológico y un examen en profundidad. Leo Valadez planteó a su oponente un trasteo aseado, de buenas formas, que no terminó de coger vuelo y de calar en el tendido. Se atascó con el acero y tuvo silencio. El quinto fue manejable pero le faltó fuerza y entrega y venía un poco dormido. El mexicano lo lidió bien técnicamente en una labor que no tuvo brillantez.
Plaza de toros de Calasparra (Murcia). Media entrada. Novillos de Ana Romero, bien presentados, y manejables, con distintos matices, salvo el sexto. Destacó el gran tercero, de nombre Clavelito, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. | ||
Pablo Aguado, silencio tras aviso y ovación; Leo Valadez, silencio tras aviso y silenvio; Alfonso Cadaval, ovación y silencio. |
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