domingo, 10 de septiembre de 2017

Oreja para “El Canelo” y Valencia en el cierre de feria

Última corrida con varias vicisitudes en el curso de su desarrollo

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RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

@rubenvillafraz

TOVAR, Enviado Especial.- La última función de la Feria de Tovar 2017, en honor a la
Virgen de Regla ha estado supeditada por numerosas circunstancias. Se había retrasado
el comienzo de la misma por el proceso comicial de ayer, del mismo modo el retraso en el
arribo del torero azteca “E Canelo” hizo que la corrida comenzara con más de dos horas a
lo que estipula la costumbre. Igualmente la caída del fluido eléctrico cuando estaba por
lidiarse el cuarto astado del festejo por espacio de 45 minutos hizo de éste kilométrico su
desarrollo saliendo del mismo pasadas las diez de la noche de la plaza.

El encierro de Campolargo lidiado hizo honor a la aceptable presencia que lucieron los
seis castaños que se trajo Don Juan y Don Gilberto de San Felipe. Del envío los dos
últimos corridos, merecieron el honor del arrastre lento y la vuelta al ruedo, no dejándose
del todo ver en las telas de sus respectivos lidiadores. Todo esto contando como marco
poco más de media plaza de aforo cubierto en tarde entoldada y fría a lo largo del mismo.

Tomaba alternativa el joven espada Cristian Valencia, hijo del recordado Bernardo
Valencia, el cual sus gestos, maneras y ademanes en el ruedo le recuerdan al calco de lo
que fue su padre. Otra cosa es la técnica y rodaje que evidenció el mencionado coleta,
ante el toro de la ceremonia, «Coliseo» N° 91 de 440 kilos, el cual poco se prestó a una
lidia más emotiva y de interés. A punto estuvo de sufrir un disgusto en el saludo de
capote, y luego en la muleta anduvo a merced de una lidia desordenada e inconexa a lo
planteado por el burel. Lo mejor el vibrante tercio de banderillas, incluyendo un par
sentado en la silla que hizo popular al recordado diestro de El Morro. Dos viajes con el
acero dieron pie a que se diera por su propio albedrio la vuelta al ruedo.

Más dispuesto y sereno se le observó con el que cerró plaza. Noble, sin humillar, la
embestida del precioso astado, el cual supo entender por momentos las virtudes para
lucirle en especial por naturales que llegaron al tendido. Había dejado banderillas con su
característica personalidad, hasta que en la muleta dilatara más de la cuenta su labor,
incluso abusando de insistir en el indulto del animal, faltándose el respeto a sí mismo y a
los entendidos en la plaza, lección que debe de corregir si quiere ser alguien en esto. Un
pinchazo antes de dejar tres cuartos de ración toricida ligeramente desprendidos para
premiársele con una oreja de estímulo en fecha tan especial para su carrera, así como la
vuelta al ruedo al noble «Santanero» que cupo en suerte por la mañana.

Vestido de torero en el propio automóvil que le traía desde Cúcuta arribó el debutante en
este ruedo espada mexicano Luis Manuel Pérez “El Canelo”, quien lució brillantes saludos
con el percal en ambos astados que despachó. En su primero su faena se diluyó ante las
escasas embestidas francas del astado, habiendo dejado en la retina elegante inicio por
doblones. Poco más con la sarga roja, para despacharle de estocada caída para ser
silenciado. En su segundo, más opciones tuvo ante las noblotas embestidas del animal,
en especial por la diestra donde se le vio más relajado al punto de ralentizar los largosmuletazos por este pitón. Similares cotas se le vio por naturales, para tras un pinchazo y
estocada entera que caló al animal, dio pie a la concesión de una oreja y el arrastre lento
a «Sultán» N° 189 de 460 kilos.

Poco se le puede anotar en el haber de Marcos Peña “El Pino”, quien no tuvo fortuna con
el violento y geniudo antagonista que pasaportó en primeras instancias, fallando
reiteradamente con el acero, similares cotas que tuvo que transitar en el que cerró su lote,
incluso en este siendo silenciado tras aviso.

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