sábado, 18 de noviembre de 2017

Alienígenas en busca del «Gordo» en la plaza de toros de Vistalegre



Juan José Villita, de la Escuela Yiyo; Valentín Hoyos, de Salamanca, y Manuel Perera, de Badajoz compiten este domingo en la final de la Oportunida


Alumnos de distintas escuelas taurinas en Vistalegre
Alumnos de distintas escuelas taurinas en Vistalegre - Plaza 1
 
ROSARIO PÉREZ

«Buenos días, al Palacio Vistalegre, por favor». «¿A la plaza de toros?» «Sí, sí, a la de Carabanchel, que hay una novillada». «¿Un sábado por la mañana se va a los toros, señorita?» A través del espejo retrovisor, el taxista me mira con ojos extraños, como si llevase detrás a una alienígena. «¿Le sorprende?», le digo. «Se me hace raro», me responde... «Hay gente pa tó», comento a la vez que sale a relucir el socorrido tema del tiempo y la escasez de lluvia...

Mientras abandonamos la calle de Alcalá y observo el ir y venir vertiginoso de las gentes por las aceras, con sus paseos, sus compras, las bufandas atléticas y madridistas, su plan de fin de semana, me coloco las gafas de sol sin perder de vista las miradas del conductor: sigue sin dar crédito. «¿Es usted antitaurino?», pregunto. «No, no, si he ido muchas veces, pero se me hace raro que una chica como usted vaya un sábado por la mañana a los toros». El taxista -ni muy joven ni muy viejo- mezcla el «chica» y el «usted». La edad no perdona. Y los tiempos han cambiado... Me siento una extraterrestre en un platillo blanco, con la luz anaranjada de «ocupado».

Una ilusionante Oportunidad

Faltan cinco minutos para que arranque el paseíllo cuando entro «en Palacio». En la moderna cubierta hay más de dos mil personas de todas las estaciones, niños, jóvenes, padres y abuelos. [¡Más de dos mil en un espectáculo cultural un sábado por la mañana!] Y me acuerdo del taxista. No daría crédito viendo cuatro mil pupilas extraterrestres, de aliens con una misma afición. Pero ninguna de esas cuatro mil brillan tanto como las doce de los seis chavales aspirantes a torero. Media docena de alienígenas adolescentes, algunos aún barbilampiños, que no conocen más fiesta que la del toro. Seis jóvenes extraterrestres en el ovni de Carabanchel que, a modo del anuncio de Amenábar de la lotería de Navidad, tienen una historia de amor común, la del toreo. Y también quieren que les toque el Gordo. Pero no en el sorteo del 22 de diciembre, sino en el del 19 de noviembre. La cita: a las doce del mediodía, con un precio popular de 10 euros por décimo (boleto) y entrada gratis para los niños.

Este domingo es su gran Oportunidad en la final del certamen que ha regresado a la antigua Chata. En pleno siglo XXI, cuando realidad y ciencia ficción continúan mezclándose en la calle y en la pantalla, cientos de chavales siguen soñando con ser toreros. Tres han logrado acceder a la última fase: Juan José Villita, de la Escuela Yiyo; Valentín Hoyos, de la de Salamanca, y Manuel Perera, de Badajoz. Tres conceptos diferentes, tres conceptos con diferente material (la misma ganadería de López Gibaja pero no igual clase en cada rival) de los que se salió hablando del platillo, con uno tremendamente ilusionante. ¿Cómo son? «Quien quiera saberlo, que venga/vuelva mañana...»

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