miércoles, 13 de diciembre de 2017
A Manili le tocó la Lotería, pero siguió arrimándose como un tigre a los toros
Así ocurrió en pleno verano de 1982, en el mes de agosto: después de haber sido uno de los afortunados en el sorte de la Lotería, apretó los dientes y se arrimó como un jabato en la Maestranza.
ABC lo contó así el 22 de agosto: «Pues bien, resulta que a Manili le había tocado el día antes la lotería. Según parece -el décimo lo compró a medias con su apoderado, Victoriano Valencia-, le correspondieron, limpios, unos dos millones de pesetas. No es una cifra como para retirarse, pero no viene mal. De todos modos, el pundonoroso jabato de Cantillana salió con el ánimo de ganarse mucho más dinero donde le gusta: en la plaza, delante de los toros. Ahí lo tienen... Y le había tocado la lotería».
Aquella tarde, en la corrida de la Virgen de los Reyes, en la que ya era sabedor de su premio, había estoqueado en Sevilla una dificultosa corrida del marqués de Ruchena. Manili dio la única vuelta al ruedo del festejo con el tercero, al que mató de una certera estocada, y fue ovacionado en el sexto. Compartió cartel con Manolo Cortés, que cosechó silencio y palmas, y Jaime González «El Puno», con balance de silencio y ovación, según la reseña abecedaria.
El Tigre de Cantillana, bautizado así por Vicente Zabala, siguió arreando en las arenas y plantando cara a los «leones», entre el triunfo y la sangre de graves cornadas, como una en el vientre en Almería o la de Sevilla en el brazo.
«¡Que viene Manili!», fue el grito de guerra que corrió en Madrid desde que en 1988, en pleno San Isidro, abriese la Puerta Grande tras sus faenas a «Choricero» y «Londrito». Manuel Ruiz «Manili» recordaba así su actuación en este periódico: «Fueron faenas de poderío. Que nadie vaya con la idea de ponerse bonito con un miura y marcharse sin despeinarse. Hay que torear y poderlos. Ese 17 de mayo yo lo conseguí. Y desde entonces la gente repetía aquella frase famosa de ¡que viene Manili!».
Dos salidas a hombros se anotó aquella Feria, alzándose triunfador del ciclo.
Antes, el año en que España acogía por primera vez el Campeonato Mundial del Fútbol y un entrañable extraterrestre, «E.T.», aterrizaba con éxito en las pantallas, a Manili le había tocado la lotería. Aunque el verdadero Gordo fue la Puerta Grande posterior...
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