martes, 17 de abril de 2018

Justo Hernández: «Orgullito es un héroe y lo echaré a unas vacas que se han quedado sin semental»



El ganadero de Garcigrande cuenta que el toro indultado por El Juli ya se encuentra en su finca salmantina


El ganadero da la vuelta al ruedo con El Juli
El ganadero da la vuelta al ruedo con El Juli - Raúl Doblado
 
  El ganadero Justo Hernández, propietario del bravo «Orgullito» al que ayer lunes se perdonó la vida en la plaza de Sevilla, considera que «todos los toros indultados, una vez que vuelven al campo, tienen una actitud especialmente arrogante, porque creo que ellos mismos se saben héroes».

El criador de Fuenlabrada (Madrid), que aún permanece en la capital andaluza, opina así una vez que «Orgullito» llegó a primeras horas de esta mañana a la finca salmantina donde se crió, para ser sometido a las primeras curas de las heridas de la lidia. [Imagénes del indulto]
«Estoy convencido de ello, porque lo he comprobado una vez más. Mi gente me ha confirmado que 'Orgullito', a pesar de la fiebre y de que los puyazos son profundos, se está comportando de maravilla. La impresión que da es muy buena y parece que todo va a ir bien, porque el animal está tranquilo y se crece al dolor. Sí, estoy seguro de que sabe perfectamente lo que ha pasado», insiste el ganadero.

El toro, hermano de madre de otro ejemplar del mismo nombre que fue indultado el pasado año en Albacete, tuvo para el ganadero una virtud fundamental sobre todas las demás: «La manera de empujar la muleta».

Codicia tremenda

«Esa forma de embestir -continúa Justo Hernández- es la que más acerca a mi ideal de toro bravo, que es el que se entrega en su embestida con una codicia tremenda, empujando con todo su cuerpo, con la cara muy abajo y reduciendo su velocidad cuando va bien toreado. Y sobre todo cuando se le citaba en corto y parado, cuando no hay inercias engañosas en las arrancadas».

Aun así, el ganadero advierte que «no por eso debe creer el público que estos toros son fáciles, porque con tanta entrega, si el torero no le hace las cosas muy bien, estos toros acaban poniéndose muy complicados. Los bravos de verdad no admiten errores».

En ese sentido, considera que El Juli, que fue su lidiador, «estuvo inmenso en todos los aspectos, en la técnica y en los tiempos que había que aplicarle al toro y en la forma de exigirle, pero todavía más cuando se dejó ir y no se guió por la cabeza sino por el corazón. Creo que ha sido una de las mejores faenas de su vida».

El triunfo de la ganadería de Garcigrande ayer en Sevilla tuvo un carácter especialmente sentimental para Justo Hernández, pues se produjo apenas dos meses después del fallecimiento de su padre, Domingo Hernández, que era el titular de los dos hierros de la casa.

Recuerdo del padre

«Le tuve en la cabeza todo el día -asegura-, porque siempre veníamos juntos cuando lidiábamos en Sevilla y entre los dos compartíamos angustias y miedos, pero también las alegrías, como la de ayer, que fue la máxima que hemos tenido en la ganadería. Lamentablemente, él ya no la pudo disfrutar, pero como esto también es su obra no hace falta dedicarle nada. Me basta con tenerle siempre en el recuerdo».

Aun así, el momento de mayor emoción para Justo Hernández fue el de la triunfal vuelta al ruedo que dio junto a EL Juli tras el indulto de «Orgullito».

«Me asusté, la verdad. Es impresionante mirar para arriba desde el albero y ver a toda esa gente de pie, entusiasmada, entre esos arcos, esa luz de Sevilla tan particular... Nunca lo había hecho, no soy torero ni estoy acostumbrado a ello, y sentí vértigo, porque todo aquello me sobrepasaba».

En cuanto al futuro de «Orgullito», Justo Hernández asegura que, «con lo bravo que ha sido y con esas hechuras casi perfectas, está claro que se lo voy a echar a las vacas, concretamente a un lote que se había quedado sin semental, pero siempre y cuando se cure antes de que se acabe la época de cubrición, que no se si va a dar tiempo».

Cuarto indulto

«No me preocupa ahora lo que el toro puede aportar a la ganadería como raceador, aunque creo que debe ser bueno, porque en estos casos no hay que ser tan cerebral sino moverse a impulsos de corazón. 'Orgullito' es un héroe que se lo merece todo».

El indulto de este toro es el cuarto que se produce en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla desde 1965, cuando se le perdonó la vida al novillo «Laborioso», del marqués de Albaserrada.

Ya con el nuevo reglamento taurino, que regula este premio, fueron indultados los toros «Arrojado», de Núñez del Cuvillo, en 2011, y «Cobradiezmos», de Victorino Martín, en 2016, lidiados, respectivamente por José María Manzanares y Manuel Escribano.

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