Curro Díaz, vuelta al ruedo en Sevilla / @maestranzapages
MAURICIO BERHO > Sevilla
Toreo de altos vuelos. Los de Pepe Moral y Curro Díaz en la segunda de abono de la temporada maestrante. Toreo caro, monumentales naturales los que dibujó el sevillano, que cortó una oreja de peso, la primera del ciclo, del toro de mayor calidad del envío de Las Ramblas. Y torería de altas cotas del torero linarense frente a su lote. Dos vueltas al ruedo, incluso fue merecedor de una oreja en el quinto, de no ser por una espada caída. Caía herido un día después de su reaparición, Román, cuando toreaba con exquisito temple al tercero. Aparatosa voltereta y grave cornada en la pantorrilla izquierda que le impidió torear al sexto. Todo, en un encierro desigual de Las Ramblas, del que destacaron las buenas embestidas del cuarto.
El percance sobrevino en el tercer turno. Un astado muy manso en los primeros tercios. Pero en su inicio de faena, Román, muy templado, dejó entrever algunas esperanzas con un animal que empezó embistiendo por abajo con cierta calidad pero que duró muy poco. Lo intentó de todas formas y a base de un exquisito temple, Román fue cogido en un descuido. Voltereta aparatosa y aparentemente cornada por la parte inferior de la rodilla izquierda. Fue conducido de inmediato a la enfermería. No se descarta que el toro le haya podido inferir otra cornada una vez en el suelo. A la espera de noticias, informaremos próximamente sobre el parte médico exacto del diestro valenciano. Curro Díaz se hizo cargo del astado con media estocada y tres descabellos.
Por ese motivo, Pepe Moral tuvo que hacerse cargo del cuarto de la tarde, tras correr turno y salir el segundo de su lote. Un toro que regaló las embestidas de más calidad del encierro. Moral es un torero de contrastes opuestos. Arrebatada actitud y temple y profundidad majestuosa en la ejecución del toreo al natural. Unos muletazos, por qué no decirlo, monumentales, que difícilmente serán superados en el resto de Feria. Y por supuesto, con la aprobación incondicional del cónclave. Fueron pocas tandas, pero con un toreo de muchos quilates, que le han permtido cortar una oreja de mucho peso. La primera del ciclo.
De nulas opciones resultó el segundo de la tarde, al que Román quitó de una forma aparatosa por tafalleras desafiando al viento. Pepe Moral poco pudo hacer con el de Las Ramblas, aunque siempre intentó invadir los terrenos del toro, que fue un marmolillo que nunca quiso coger la muleta. Imposible fue el sexto. Moral tuvo que abreviar con un toro sin ninguna opción.
El primero de Las Ramblas fue un toro bronco, de desordenadas embestidas y con un desagradable calamocheo. Molestó el viento. Sin embargo, el buen oficio de Curro Díaz consiguió que el público entrara en una faena llena de inspiración con tandas siempre rematadas con mucha torería, a pesar de que el animal dificultó la labor del torero linarense y no permitió que hilvanara una faena compacta. A pesar de esas dificultades, llegó en varios momentos a los tendidos con pasajes de mucha belleza. Tras una estocada casi entera, dio una vuelta al ruedo.
Se fue el viento y volvió a aparecer la torería de Curro Díaz, que una vez más y con el apoyo incondicional de un público entregado, dibujó en el albero de la Maestranza auténticos carteles de toros. La faena fue sobre todo con la mano derecha y alcanzó altas cotas. Sólo una espada algo caída, aunque la muerte fue instantánea, hizo que no se le concediera una oreja que hubiera sido justo premio al buen gusto. Dio una vuelta al ruedo.
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Real Maestranza de Sevilla. Media entrada. Tarde de agradable temperatura pero ventosa. Toros de Las Ramblas, desiguales de juego. Bronco el primero, un marmolillo el segundo, manso y con calidad aunque de poca duración el tercero, enclasado el cuarto, manejable el quinto e imposible el sexto. |  |
| Curro Díaz, vuelta al ruedo en ambos; Pepe Moral, silencio, oreja tras correr turno y pasaportar al cuarto y silencio en el que lidió en lugar de Román; Román, herido. Incidencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del maestro D. Angel Peralta. Marti El sirio y Juan Carlos García. | ||
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