No siente los brazos ni las piernas. Apenas un ligero movimiento de la muñeca, la pierna derecha no la mueve y la izquierda mínimamente | Tras la operación será trasladado a Toledo
Manolo Vanegas, en un inicio de faena en de Ledesma.
javier lorenzo. La Gaceta de Salamanca
En una habitación de la UCI del hospital Virgen de la Vega de la capital masculla sus miedos y piensa en su futuro incierto Manolo Vanegas. La voltereta de un toro que toreaba a puerta cerrada en Ledesma le ha desplazado dos vértebras que le oprimen la médula: desde entonces no siente los brazos ni las piernas. Apenas un ligero movimiento de la muñeca, la pierna derecha no la mueve y la izquierda mínimamente, si acaso un poco la rodilla. La inflamación hace ser cautos en todos los pronósticos. "Está totalmente inmovilizado, tiene como una corona de hierros anclados al cráneo que le inmovilizan y le estiran el cuello para evitar que esas vértebras le presionen constantemente la médula", explica López Chaves que ayer pudo entrar a la habitación en una de las dos visitas al día que dejan entrar a los familiares para ver al joven torero venezolano que acogió en su casa hace casi una década y lo tiene como un miembro más de su familia: "La esperanza es que mueve ligeramente un brazo y una pierna, lo preocupante es que no los siente".
La cara destrozada por la paliza del toro, totalmente inmovilizado, sin sentir apenas casi ninguna de sus cuatro extremidades, con la incertidumbre de no saber qué va a pasar de ahora en adelante, nada más entrar en la habitación Vanegas le preguntó a su maestro: "¿Cómo estuve con el toro?". A López Chaves se le cae el alma a los pies. Suspira en cada una de las frases. Es la mentalidad de los toreros. Mientras escucha las palabras de su discípulo roto: "Yo creo que la temporada se me ha terminado...", le dijo también Venegas a Chaves, antes de mostrarle otra preocupación: "¿Qué van a pensar mis jefes?". Y es que Manolito, como le llama Chaves constantemente por la cercanía y el cariño que le tiene, había comenzado a trabajar hace unas semanas en el campo, en una finca de reses bravas cercana a Ledesma. Los toreros que no torean todo lo que desean tienen que ganarse la vida.
Vanegas descuenta, uno a uno, los minutos, los segundos que se deben de hacer eternos en esa habitación de los miedos de la UCI. Allí permanecerá hasta el lunes, que es la fecha en la que se ha fijado en un principio la operación, en el mismo centro médico. De ahí en adelante le trasladarán al hospital de parapléjicos de Toledo para seguir allí la recuperación.
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