El capote de Morenito dibujó algunos de los pasajes más toreros del festejo
Gonzalo I. Bienvenida
Fotos: JAVIER ARROYO
El primero de la tarde de El Ventorrillo fue hondo y arremangao de pitones. Tomó con gesto humillado el capote de Curro Díaz pero sin desplazarse. En el caballo buscó excusas con la cara alta y sin empujar de verdad. En banderillas cortó con guasa. Curro Díaz brindó la faena al respetable. El incio tuvo su torería de siempre pero ya se vio la falta de recorrido del toro. Lo probó por los dos pitones y el toro sumó a ese corto viaje mal estilo al tocar la muleta. La estocada cayó baja.
En segundo lugar se lidió un burraco corto de manos y ancho de sienes. Con cuajo. Morenito de Aranda lo cuajó de salida con cinco verónicas y una media de mucha expresión. También tuvieron torería los remates con los que dejó al toro en suerte. Fue al caballo en galope pero no se empleó en el peto. En banderillas lo bordó Andrés Revuelta, que saludó montera en mano junto a Pacual Mellinas. Brindó la faena al público. El toro apuntó buena condición pero le faltó poder para seguir la muleta de Morenito. Algunos muletazos tuvieron compás. No aguantó la exigencia el ventorrillo, que se vino abajo sin repetir. Media estocada tras pinchazo.
Altote y muy serio fue el tercero de El Ventorrillo. De salida fue friote. David Mora lo paró con facilidad. Israel de Pedro lo cogió arriba en el tercio de varas. En banderillas, Carretero tuvo que desisitir de poner el tercer par al sufrir un tirón. David Mora inició la faena en el tendido 10 primero doblándose con el toro, después toreando en redondo sobre la derecha. El toro se venía por dentro sin terminar de abrirse, especialmente cuando no venía enganchado. Ese punto de falta de dominio dio emoción en las primeras series. El toro desarrolló en noble pese a su recto viaje. Mora encontró el empaque por momentos. Las salidas de la cara del toro tuvieron solemnidad. La contundente estocada cayó un punto desprendida pero fue de efecto instantáneo.
Estrecho de sienes, un punto tocado arriba fue el cuarto. Arrolló en los primeros tercios impidiendo el lucimiento. En la muleta de Curro Díaz obedeció al duro toque del torero de Linares. En las primeras tandas no hubo ni acople ni limpieza. Le dejó sitio para aprovechar la inercia y brotaron dos tandas en redondo de gran calado. La colocación no fue la óptima a la hora de ligar pero Madrid reconoció la singular estética de Curro. Se enfrió la faena en un final inconexo en el que cabeceó el noblote toro de El Ventorrillo. La estocada fue de entrega absoluta.
El remiendo que hizo quinto lució el hierro de Valdefresno. Se emplazó de salida y después embistió con transmisión al capote de Morenito de Aranda, que volvió a firmar algunas verónicas preciosas por el pitón izquierdo. Quinta no estuvo acertado en varas. La lidia de Revuelta fue formidable. El inicio tuvo detalles de torería. La faena estuvo condicionada por la falta de humillación del toro, que restaba expresión a los muletazos de Morenito. Por eso la faena no cogió vuelo. La virtud del toro fue la obediencia. No atinó con los aceros.
Descarado y suelto de carnes fue el sexto. Un toro que tuvo movilidad desde que salió. En el caballo no destacó. Buena brega le dio Ángel Otero. El toro tuvo obediencia en la muleta de David Mora pero le faltó fondo y transmisión para llegar arriba. Mora lo intentó sin lograr redondear nada de lo apuntado. Estocada tras pinchazo.
Madrid, martes 22 de mayo de 2018. Feria de San Isidro. Cinco toros de El Ventorrillo y un remiendo (5º) de Valdefresno, bien presentados y manejables pero faltos de fondo, el peor fue el primero. El de Valdefresno, muy en tipo y noble pero falto de raza. Curro Díaz, silencio y palmas; Morenito de Aranda, silencio y silencio tras aviso; David Mora, vuelta al ruedo tras petición y silencio. Entrada: Tres cuartos de plaza. En el segundo banderillas lo bordó Andrés Revuelta, que saludó montera en mano junto a Pacual Mellinas. En banderillas del tercero, Carretero tuvo que desisitir de poner el tercer par al sufrir un tirón.
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