El novillero madrileño será el torero número 66 de la historia en doctorarse en Las Ventas; lo hará con El Cid como padrino y Pepe Moral como testigo ante toros de Adolfo Martín.
Torera doblada de Ángel Sánchez con el novillo 'Pavito', al que cuajó una rotunda faena en Madrid A. HEREDIA
Ángel Sánchez es un joven espigado de Alcobendas que taurinamente se ha criado en Colmenar Viejo. Muchos aficionados le conocieron de becerrista por su frescura, por sus ganas, por su valor.
De novillero sin picadores daba sensación de torpeza, como de descoordinación, pero con la mano izquierda tenía un trazo con el que acababa con el cuadro en cualquier plaza. Después se tiraba muy recto a matar, como un kamikaze.
El diamante se fue puliendo, durante el trayecto ganó El Camino hacia Las Ventas en su primera edición. Continuó progresando. Se paró. Lo apoderó Ortega Cano. Y un día, hace un año y tres meses se rebeló contra la nebulosa que formaba su situación: cuajó una de las faenas de mayor calado en Las Ventas ante Pavito de La Quinta. Aquella loca espada no funcionó esta vez para descerrajar la Puerta Grande conquistada con una rotundidad tremenda: "Lo más bonito que me ha pasado en mi vida fue escuchar rugir esa plaza de toros", recuerda emocionado Ángel Sánchez.
Aquella tarde le proporcionó una temporada bonita como novillero con picadores. Toreando en las plazas más importantes y destacando en muchas de ellas. Ahora llega a la cumbre de una trayectoria que cambia de rumbo, porque la alternativa no es un fin si no un inicio: "Desde el primer día que me vestí de luces soñé con hacerlo en Madrid. Tomar la alternativa aquí es un sueño pero sé que me queda mucho por lograr."
Lo hace con un padrino que es muy querido en Las Ventas: "El Cid es una referencia. Me encanta que sea mi padrino porque él conoce a la afición de Madrid tanto como yo quiero conocerla. Ha cuajado tardes importantísimas".
La suavidad, el temple, la profundidad. Son virtudes potenciales de la tauromaquia de Ángel Sánchez. En ocasiones se han visto fogonazos de estos tres pilares pero falta esa faena que los reúna: "Busco lograr ese muletazo enganchado adelante, despacio, hasta el final y con la pata palante".
La corrida de la alternativa lleva el hierro de Adolfo Martín. Sánchez ha crecido al lado de Carlos Aragón Cancela -ganadero de Flor de Jara- , su maestro desde niño y su apoderado: "Lo de Adolfo es parecido a lo que más conozco que es el encaste Santa Coloma. Eso me da seguridad en mí mismo. La humillación, el temple...", explica el todavía novillero como imaginando esas embestidas en el día más importante de su vida.
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