Ha sido la gran noticia del lunes: el matador de toros sevillano Pablo Aguado, que ha destacado en sus pocas actuaciones este año y en una casi Puerta del Príncipe en Sevilla, sustituirá a Paco Ureña
JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Enhorabuena, torero.
Gracias.
Han sido pocas pero rotundas las actuaciones. Si esa espada entra en Sevilla, hubiésemos tenido que hablar de otra temporada.
La verdad que sí. Me
hubiese gustado algo más de rodaje para afrontar una cita tan importante
como la de Madrid. Es crucial ese día para mí.
Estarás pleno de
ilusión aunque tenga que ser por la vía de la sustitución tras la
desgracia de Ureña en Albacete. Además, una feria que sube de abonados y
que tiene una salud inmensa.
Sí, es una pena grande lo
de Ureña, que un compañero sufra un percance no le gusta a nadie. Pero
aunque sea por esa desgracia, tengo el privilegio que tengo que saber
aprovechar. La responsabilidad es grande pero la ilusión también.
Esa actuación de
Sevilla te valió para quedar grabado en el aficionado. Aunque han sido
pocas las tardes posteriores, se ha podido ver el buen gusto de Aguado
en Baeza o Utrera, ¿en qué momento te encuentras?
En un momento de mucha
confianza en uno mismo. Esas pocas corridas me han dado la confianza
suficiente para un acontecimiento con tanta responsabilidad como el del
viernes.
Además, con Talavante como padrino. Todo un lujo.
Sí, es un privilegio, es un maestro al que aprecio mucho.
Y Victoriano del Río, todo un emblema en Madrid.
Sí, es una ganadería con garantías, un gran adalid de la bravura y de la transmisión.
Y tras los ocho
días de oro tras mañanas como la de Nimes o tardes como las de Bilbao,
Murcia, Aranda de Duero, San Sebastián de los Reyes… un sinfín de plazas
que hacen que el hierro llegue en uno de sus mejores momentos.
Por la categoría de la
ganadería no sorprenden esos éxitos. Es una ganadería con mucha
regularidad. Siempre salta algún toro con posibilidades de triunfo.
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