El Fandi cortó cuatro orejas en el día de la Romería, y Pepín Liria y Roca Rey pasearon dos trofeos cada uno
Roca Rey, Pepín Liria y El Fandi salen a hombros. /
FRANCISCO OJADOSMurcia
La plaza de toros de La Condomina registró la mejor entrada de la feria en la corrida del martes de la Romería de la Fuensanta. Se llenaron los tendidos, mérito en gran parte de Pepín Liria, que volvía a vestir de luces en su plaza fetiche después de que lo hiciera en 2012, con motivo del ciento veinticinco aniversario del coso murciano, una vez retirado de los ruedos en 2008.
La presencia de Pepín atrajo a mucho público. Se llenó la plaza al reclamo de la celebración de la efeméride del de Cehegín y por la compañía de Fandi y Roca Rey, especialmente de éste último, que ya el año pasado causó una inmejorable impresión en su debut en Murcia. Además, se lidiaban los toros de Victoriano del Río, ganadería triunfadora las dos últimas temporadas en La Condomina.
Empezó la corrida con el mejor guion. Cualquiera hubiera firmado alcanzar el entreacto como se llegó, con tres toros lidiados, que dieron juego, y seis orejas cortadas. La corrida parecía embalada.
La celebración de Pepín Liria no podía tener mejores augurios tras pasear las dos orejas del primer toro de la tarde, de nombre 'Ruiseñor'. El de Cehegín, fiel a sí mismo, sin perder su costumbre en esta plaza, puso todas las cartas sobre la mesa nada más sonar los clarines y timbales que ordenaban la salida del astado. Cruzó el redondel y se plantó de rodillas frente a la puerta de chiqueros para esperar al negro cornúpeta. Los cánticos de ánimo -«¡Pepín, Pepín...!»- se escucharon por primera vez en la tarde. Resultó muy limpia la larga cambiada. En el tercio alboreó, también de rodillas, un farol al que siguió ya erguido una chicuelina, la media y una revolera de remate. El público era feliz y la ovación fue de gala, por lo que Pepín se animó a firmar un quite por chicuelinas de compás abierto.
El ceheginero cuajó a su primero en la corrida de su 25 aniversario
con toros de Victoriano del Río, ganadería triunfadora en las últimas
dos ferias
Brindó la faena a sus paisanos, desde
el centro del anillo y el toro, de bonitas hechuras, resultó ideal para
el reencuentro del torero con su gente, que quedó prendida en la faena
desde su inicio, en el que el ceheginero citó de lejos para el pase
cambiado. Faena de entendimiento con el toro y conexión con el público
de principio a fin, que prosiguió con tandas diestras dando distancia al
astado, respondiendo el toro y templando y ligando mucho el torero. El
núcleo de la feliz sinfonía tuvo como gran virtud la ligazón de las
series, la forma en la que Liria le dio continuidad a la embestida del
buen ejemplar de Victoriano y la manera de coser cada muletazo con el
siguiente.
Liria culminó su gran obra al primero como debía, con un espadazo entero a su estilo
La plaza acogió con alegría la obra
de Liria, quien en la siguiente serie volvió a citar desde lejos para
comenzarla con un molinete al que siguió otra serie fenomenalmente
hilvanada y mejor rematada con un gran pase de pecho. Las dos series con
la izquierda resultaron templadas y como el toro fue bravo, pero no
tonto, cuando al final quiso abusar el diestro casi lo atropella.
Saldado el apuro, Pepín Liria culminó su gran obra como debía, con un
espadazo entero al estilo de este torero. Disfrutó la vuelta al ruedo
con las dos orejas en la mano, y volvió a escuchar el cántico de ánimo
de «¡Pepín, Pepín...!».Ficha
- Ganadería:
- Seis toros de Victoriano del Río, desiguales de presencia, buenos primero y quinto, con calidad y poca fuerza el tercero, noble el segundo, con mucho peligro el cuarto y parado el sexto.
- Pepín Liria: de azul marino y oro, dos orejas y ovación con saludos
- El Fandi: de grana y oro, cuatro orejas.
- Roca Rey: de lila y oro, dos orejas y una oreja.
- Observaciones:Corrida de la Prensa. Tercera de Feria. Lleno en tarde calurosa. La Asociación de la Prensa inauguró un azulejo del 25 aniversario de la alternativa de Pepín Liria.
Roca Rey conquistó al público de rodillas; El Fandi, todo oficio, tuvo más fuste en el quinto
Sí la redondeó El Fandi, triunfador numérico
del festejo. Muy ornamentado fue su saludo de capa al segundo de la
tarde, con dos largas cambiadas de rodillas, lance rodilla en tierra,
chicuelina y la serpentina. Empujó el astado al caballo que montó Manuel
Bernal en el puyazo que recibió. Lo banderilleó Fandila con su habitual
facilidad después de un quite por navarras y brindó el trasteo al
público.'Jabardillo' tuvo tendencia a los adentros, quedó algo blandito para el último tercio, pero sirvió para que Fandi cortara las orejas en una faena con oficio, en la que fue haciéndose con las embestidas del colorado y cuando éste acortó el viaje se echó de rodillas bajo el tendido uno para calentar el ambiente. De un gran volapié dobló el toro con inmediatez, lo que acrecentó la petición. A esas dos orejas, algo generosas, sumó otras dos del quinto, un gran toro. Esta vez, el doble trofeo tuvo mayor fuste. Un saludo meritorio a la verónica, toreando con el envés, y un vistoso quite por lopecinas precedieron a un brillante tercio de banderillas, con un primer par de la moviola, otro de poder a poder, con un molinillo, y el tercero al violín. Se le llegó a pedir el cuarto, que no colocó.
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