RUBÉN PINAR
Ya son tres los años en que acaba triunfante la feria de Albacete. Dos puertas grandes, dos golpes de autoridad que le convierten en el ídolo de la afición de una tierra inagotable de toreros. El manchego, que acaba de cumplir una década de alternativa, ha logrado poner de nuevo a todos en alerta, reivindicándose donde lo hicieron siempre los toreros. Desde hace tres temporadas no ha parado de crecer. Y en esa línea continúa. Perseveró, creyó en sus condiciones, no arrojó la toalla y ha terminando ganando
José Ignacio Galcerá
-Llevo una racha muy buena, es
cierto, pero tampoco es cuestión de confiarse porque luego vienen los
sustos. Las rachas son rachas.
-La suya está siendo larga y amenaza con prolongarse.
-Cuanto más dure, mejor. Que
salga todo tan rodado y durante tanto tiempo no es fácil, se tienen que
juntar muchos factores: que uno mismo esté bien, que los toros pongan de
su parte, que funcione la espada… se tienen que conjugar muchas
situaciones que ahora mismo se están dando.
-Si había una manera de justificar su doble presencia en la feria era triunfando las dos tardes.
-Eso es clave, siempre que te dan
una oportunidad en una feria como la de Albacete es fundamental no
dejar pasar la ocasión, aprovecharla al máximo y reivindicarte como
torero. Es lo que hacen los toreros importantes. A mí me falta todavía
mucho camino por recorrer pero siempre que me traten así daré el cien
por cien.
“Cuando no he toreado no me he quedado estancado. Hasta ahora no se habían visto aspectos de mi toreo que a día de hoy sí soy capaz de mostrarlos. La clave es la afición que tengo, que me hace seguir creyendo en mí”
-¿Fueron dos tardes distintas? ¿Más lidiadora una y más artística la otra?
-La primera, con la corrida de
Torrealta, diría que fue de más oficio, conocimiento y madurez. La
encaré con la cabeza muy despejada e hice en cada momento lo que los
toros pedían. No fue una corrida mala pero las virtudes que tenían los
toros estaban limitadas y había que saber en cada momento lo que hacer
para aprovechar sus condiciones y pulir los defectos. Estuve acertado,
la gente así lo vio y valoró.
-Luego llegó la faena a su primer toro de La Quinta, de una dimensión más depurada.
-Junto con la del toro de
Torrestrella del año pasado, esta es una de las mejores faenas que he
cuajado en Albacete. El toro me permitió dormirme en los muletazos y que
la faena tuviese un ritmo especial, más despacio. Pude saborear las
embestidas y la faena es de las que más satisfecho me ha dejado a pesar
de la espada, que cayó baja y se quedó el premio en una oreja.
-¿Esa actuación abre un camino en la evolución de su toreo?
-Con el paso del tiempo uno va
perfeccionando sus formas. Faenas como esta son la recompensa a mi día a
día, a la perseverancia y al esfuerzo. Ahora, cuando sale un toro con
esa calidad, lo aprovecho y me siento más seguro. El público está viendo
un punto artístico en mi toreo, poco a poco lo voy desarrollando, eso
significa que mi techo está alto y que el camino que estoy llevando en
cuanto a mi tauromaquia y mi forma de torear es el correcto.
-¿Dónde sitúa el cambio, el punto de inflexión?
-Es un proceso de años, cuando no
he toreado no me he quedado estancado. Hasta ahora, quizá condicionado
por mi trayectoria y los problemas que han ido viniendo, no se habían
visto aspectos de mi toreo que a día de hoy sí soy capaz de mostrarlos.
La clave para ello es la afición que tengo, que me hace seguir creyendo
en mí. Si estoy en un momento bueno es porque estos años no he dejado de
entrenar ni de pensar en el toreo. Ahora, cuando veo que lo que hago
tiene un reconocimiento, me siento pleno como torero.
-¿Ha aprendido más de los tiempos difíciles que de los bonitos?
-Cuando no he tenido la
oportunidad de torear mucho, siempre he intentado estar metido en la
profesión, hacer vida de torero, no entrenar por entrenar sino pensando
en sacar lo mejor de mí mismo, fijarme en toreros que me puedan servir,
eso, junto a mis condiciones, me ha ayudado a crecer. Visto desde la
situación en que estoy ahora, me hace sentirme feliz y realizado y,
sobre todo, con la ambición de ocupar un sitio importante en el toreo.
Cuanto más importante mejor, claro está, pero ahora al menos pienso en
poder ocuparlo.
“Si me quejara del sistema sería poco inteligente y una pérdida de tiempo. Las palabras las debo pronunciar con la espada y la muleta. Si tengo que ser algo en el mundo del toro tiene que ser ahora y con las circunstancias de ahora”
-¿Qué le falta para entrar en más ferias?
-Me falta un triunfo importante
en Madrid. También está influyendo el tipo de corridas que estoy matando
en los últimos años, que no lo ponen fácil. Muchas veces hay que tirar
de actitud pero eso solo no vale. Madrid es complicado aun estando
redondo, pero es verdad que un triunfo en Las Ventas es clave, de ahí
que tenga que estar preparado por si salta un toro con opciones para que
no me pille distraído. No le estoy volviendo la cara a Madrid con
ninguna corrida porque sé que es la llave para entrar en otras plazas
importantes.
-El 12 de octubre, con la corrida de Partido de Resina, tiene una nueva oportunidad.
-Con la ilusión y la intención de
triunfar voy. Este año, en San Isidro, sin triunfar, di la cara ante
una corrida de Dolores Aguirre que si no fue la más dura, sí que fue de
las que más. La corrida de Partido de Resina sé que no va a ser fácil
pero este año han salido toros con opciones. Si tengo la suerte de que
me toque uno, lo aprovecharé.
“Siempre que te dan una oportunidad, hay que aprovecharla para reivindicarte. Es lo que hacen los toreros importantes. Y es lo que pasó en Albacete”
-¿Cómo se encuentra en el circuito de las corridas más exigentes?
-Dentro de las corridas duras
existen ganaderías en las que salen toros con más opciones que en otras.
Por ejemplo, en Albacete, en la corrida de La Quinta, salieron toros
que permitieron hacer el toreo u otros que permitieron torear con el
capote. Luego, en Pamplona, con la de Miura, fue muy difícil poder estar
medio digno. Sin desmerecer a nadie, son dos ejemplos de lo que digo.
Sí, te dan una oportunidad, pero con estas corridas es muy complicado
triunfar. A veces no ocurre nada y te quedas pensando: He dado la cara pero no he conseguido el triunfo que me hacía falta. En ocasiones ya no es ni triunfar sino que sobrevivir es hasta complejo.
-La mejor receta tanto para el toro bueno como para el malo es el temple.
-El temple, la colocación,
llevarlos siempre metidos en la muleta…, son aspectos que valen para
cualquier tipo de toro. Con el toro que presenta complicaciones es
fundamental estar muy metido, preparado y despejado de cabeza para sacar
las virtudes que tenga y solucionar los problemas que te plantee. Y con
el bueno la clave es cuajarlo, estar lo más redondo posible y que la
faena llegue arriba.
-Usted ha estado acartelado con las figuras en sus inicios y ahora en carteles de menos fuste. ¿Dónde hay más competencia?
-En ambos circuitos hay
competencia y exigencia. En los carteles de figuras cuando sale el toro
extraordinario hay que torearlo como los toreros que están en primera
línea hacen todos los días, si sale un toro con calidad y no eres capaz
de estar al nivel de tus compañeros, te hace mucho daño. Y en el
circuito de las corridas duras el triunfo es muy complicado por las
condiciones del toro que sale.
“Nadie me obligó a ser torero, solo le hice caso a un hermano que fue quien me lo inculcó. Me lo he tomado en serio desde siempre, nunca como un juego. Torear es lo que me llena”
-No le he oído ninguna queja sobre el sistema.
-Ni la va a oír. Si me quejara
del sistema sería poco inteligente. Las palabras las debo pronunciar con
la espada y la muleta. El toreo está así y quejarme sería una pérdida
de tiempo.
Si Rubén Pinar tiene que ser algo en el mundo del toro tiene
que ser ahora y con las circunstancias de ahora. La mentalidad de
esforzarme día a día es la que me ha llevado hasta aquí. Nada más.
-Siempre se ha dicho que esto es muy fácil y muy difícil a la vez.
-Así es, si el 12 de octubre en
Madrid cuajo un toro será más fácil, y si no, seguiré insistiendo y
estando en la brecha con las dificultades que vengan.
-Su camino ha sido duro pero poco a poco va viendo la recompensa. ¿Es un premio a su afición?
-Muchas veces, la paciencia, el
tesón y la afición te van poniendo situaciones buenas en el camino. En
ocasiones te preguntas por qué pasa esto o lo otro y la respuesta la
encuentras en el día a día. Echo la vista atrás y veo que en 2015 toreé
dos corridas solamente pero fui capaz de no venirme abajo en aquel
tiempo, no tirar la toalla. Hay que disfrutar las cosas buenas y las
menos buenas afrontarlas como vengan. No te puedes volver loco pensando
cómo podrían ser las cosas. Lo que tenga que ser, será.
-Toca perseverar.
-Nadie me obligó a ser torero,
solo le hice caso a un hermano que fue quien me lo inculcó. Me lo he
tomado en serio desde siempre, nunca como un juego. Torear es lo que me
llena y me apasiona. Lucharé hasta la última gota de sudor.
-El mensaje suena ambicioso, como en sus comienzos.
-Esto es una lotería pero hay que intentar que te toque porque el reconocimiento y el orgullo son muy grandes.
HOMENAJE AL MAESTRO DÁMASO
Un recuerdo en forma de vestido de luces.
Ese fue el homenaje que le tributó Rubén Pinar a Dámaso Gónzalez. El
torero de Tobarra lució en su primera tarde en Albacete un caña y oro,
terno que tantas tardes vistió el maestro albaceteño. “Lo tenía
en mente, ese vestido tenía mucho significado.
Consideré que Albacete
era la plaza y el momento para ponérmelo, me hacía mucha ilusión.
Con
ese vestido le vi triunfar muchas tardes, fue mi pequeño homenaje”, señala
Pinar, a quien el vestido le dio suerte ya que con él abrió su quinta
puerta grande en la plaza de su tierra. La reminiscencia damasista no
solo llegó por el chispeante, también delante del toro. Pinar lo explica
así: “En la corrida de Torrealta, en el primer toro, me quedé
muy cerca, entre los pitones, e hice el péndulo para meterme en el
terreno del toro. Noté que el público reaccionó y recordó al maestro. Vi
algunas miradas, sentí que Albacete agradeció que un torero de la
tierra recuperara el legado que nos dejó. Su recuerdo estuvo muy
presente”.
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