sábado, 20 de abril de 2019

En el largo letargo taurino que se vive, algunas luces comienzan a despuntar


En el horizonte mantener la cita tovareña y otras en delicado trance




 En el largo camino que enfrentamos todos los venezolanos surgen en el firmamento personalidades que apuestan por mantener el lio del toro en el firmamento, uno de ellos lo es el reconocido grandeliga Johan Santana. Foto: Hugo Angulo

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
El panorama taurino venezolano luce desolador, a pesar que se hace el esfuerzo por mantenerse tertulias y ambiente entre aficionados, en especial sobre lo que está sucediendo por ruedos españoles y mexicanos especialmente, el rodaje de nuestros escasos toreros nacionales que están abriéndose paso por ruedos allende, la situación de nuestras ferias de cara a futuro, o uno u otro hecho excepcional. Poco más se habla o se comenta, esperando mejores momentos.
 
La situación no es fácil, luego del duro mazazo que supuso la suspensión de la temporada taurina de la pasada Feria del Sol, lo deparado y visto en el ruedo de Pueblo Nuevo, en la cual los números a los Colombo no salieron lo esperado, y donde de cuajo se cortaría ilusiones y expectativas de toreros nacionales que se jugaban se puede decir el futuro. Ni que decir de la ausencia de ruedos fundamentales no hace mucho como Maracay, Maracaibo, Valencia, el recordado Nuevo Circo de Caracas, Valle la Pascua, San Felipe, por mencionar las que constituían el grueso de la campaña.

A todas estas, poco menos de dos semanas atrás, por predios tovareños estuvo gente de la Empresa Taurina J.S.A. Productions, que en pocas palabras se resume a las personas del grandeliga retirado Johan Santana, su hermano Franklin, y el asesor taurino de estos, Luis Miguel Valencia. Junto a ellos una muy secreta y reducida lista de íntimos acompañaría a estos, todo bajo el más profundo hermetismo. Ellos han estado tanteando lo que pudiera ser la temporada taurina tovareña para septiembre próximo, tal y como se encuentra el panorama del país, donde literalmente conseguimos una nación semi-paralizada o a la expectativa del día a día.

Es la cita tovareña en honor a la Virgen de Regla una de las citas con mayor tradición del calendario taurino nacional, y de las pocas que se puede decir que se ha mantenido con el pasar de estos últimos duros años para el toreo nacional inalterable su esquema y reputación. De ello precisamente los Santanas se han encargado por “echar adelante” sin importar los costos económicos que eso implica, la cita, sobre todo el año pasado  cuando se estrenarían como empresarios, donde literalmente apostaron fuerte por dejar muy en alto lo que implica el esfuerzo de organizar fiesta brava en estos momentos, donde se puede decir que la mayoría de “empresarios” que tenemos o contamos no garantizan solvencia económica ni moral, ni mucho menos taurina, para llevar a buen puerto una responsabilidad de tal magnitud como la que implica llevar una plaza de toros y fundamentalmente convocar afición y publico a las arenas bravas de nuestro país.

Sobre este hecho de Johan y Franklin haber tanteado el panorama taurino de cara a poco menos de cinco meses, se han encontrado con un desolador panorama. En breve y somero repaso que han hecho a la cabaña brava actual, han palpado a pie de campo que las pocas divisas que últimamente estaban lidiando no aseguran encierros con el mínimo trapío para llegar a una plaza de la categoría de la de Tovar, que tampoco es mucho, si nos atenemos a lo visto en los últimos años, donde se registra un promedio de peso que no llega incluso a lo mínimo exigido reglamentariamente, eso sí, abusándose en exceso del “serrucho” para hacerlo aun más evidente el delito.

Preocupante este elemento pues sin el elemento principal en esta fiesta como es el toro, poco se puede adelantar o augurar. Si falta el “rey de la fiesta” en su mínimo exigido -y eso sin ser muy severos en exigencias- es grave el momento que atravesamos, donde sabemos de muchas ganaderías que se han visto obligadas a mandar al matadero utreros, erales, y vaquillas, para saldar cuentas y deudas de lo que implica la manutención y alimentación de un animal costosísimo para llevar a su lidia en el ruedo. Y lo peor es que la solución de buscar fuera de nuestras fronteras tampoco solventa el trance a razón de los costos y trámites engorrosos que implica.

Lo cierto del caso que en los próximos días serán determinantes para lo que pudiera ser el devenir de la cita 2019 de la feria tovareña. Incluso, no es descabellado que, si no haya garantías del elemento toro para cubrir solventemente los carteles de la cita ferial que debiera de ser prioridad, primeramente, así como a nivel social y económico del país, se vea condicionada su realización. Será el tiempo fiel testigo de todo ello.

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